Opinión
El mito de ese 40% de indecisos
Iván Redondo, el protoasesor y gurú demoscópico de Pedro Sánchez, y José Luis Ábalos, número dos del PSOE, que comparten la dirección de la campaña, diseñaron un plan con dos objetivos: un perfil cuanto más bajo mejor y, sobre todo, no meter la pata. Además, han alimentado el mito de un 40% de votantes indecisos –aunque no es así– para mantener movilizada a su clientela. Todo perfecto hasta que surgió la sorpresa y alguien cometió un error. Los candidatos a la presidencia de Estados Unidos temen a la llamada «sorpresa de octubre», un hecho imprevisto, que a veces cambia la tendencia del voto, otras la reafirma y siempre influye.
La Junta Electoral Central, al excluir a Santiago Abascal (Vox) de un debate a cinco en Atresmedia, dio la «sorpresa de octubre» de esta campaña, seguida del error, de Sánchez o de su equipo –se sabrá–, de intentar utilizar a su favor RTVE, y de una forma tan burda, que ha convertido el debate sobre el debate en un asunto central, por encima de las propuestas de cada partido. El presidente, además, ha hundido a Rosa María Mateo, que nunca más podrá presumir de independencia y que tampoco debería seguir en su puesto. Sánchez, cuando Vox quedó aparcado, temió que sin arremeter contra Abascal, Casado y Rivera juntos, quizá tuviera un problema en Atresmedia, una cadena independiente y que no controla como RTVE. Cayetana Álvarez de Toledo e Inés Arrimadas acorralaron a María Jesús Montero en el primer debate de la campaña y eso que era en la televisión pública. El PSOE sigue sin explicar, como reclamó Álvarez de Toledo, a la que llaman la «bella sin alma», que no indultará a los posibles condenados por el 1-O. Sánchez, que es el «guapo sin piedad» –lo dicen sus víctimas en su partido–, tiene un problema con la respuesta, porque en Cataluña puede hacerle perder los votos que pastorea Iceta, partidario de medidas de gracia para un Junqueras que adelanta que apoyará un Gobierno del PSOE, algo que también influirá. Nunca ha habido un 40% de indecisos, al menos entre el bloque de izquierdas y de derechas, ahora que vuelve el frentismo, un retroceso histórico para España. Sí, ha habido y hay dudas sobre a quién votar en ambos bandos, aunque eso ya es mucho y puede decidir mayorías. Todo estaba controlado, indecisos incluidos, hasta la «sorpresa de octubre», de «abril» en este caso. La campaña empieza mañana otra vez, con partido de vuelta decisivo el martes en Atresmedia y quizá con otros indecisos.
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