Opinión

Coartada «indepe» para un depredador

Pedro Sánchez es todo un depredador de la política, con una piel de granito y un olfato más que agudo, que le ha permitido sobrevivir en las situaciones más adversas. Además, está doctorado –y en ese caso con las mejores notas– en resistencia. El inquilino de la Moncloa y también su equipo más cercano están convencidos de la victoria socialista el próximo domingo. Pueden equivocarse, pero además están muy seguros de que todo lo que hay a la derecha del PSOE no conseguirá sumar los escaños necesarios para formar Gobierno. Por eso, Sánchez, sin descuidar unos debates que no quería –lo fundamental es no meter la pata– diseña ya su estrategia para el día después. Existen muchas probabilidades de que necesite alguna colaboración independentista para volver a ser investido presidente y, por eso, hilvana una coartada satisfactoria para casi todos, incluida parte notable de su clientela.

El líder del PSOE calcula que en una segunda votación en la sesión de investidura, en la que solo necesita mayoría simple, le bastaría la abstención de los independentistas y Oriol Junqueras, en plena campaña, ya ha explicado que no facilitará, «ni por omisión», lo que él llama un Gobierno de extrema derecha, es decir, cualquier que no encabece el PSOE. El jefe de ERC añade: «No daremos un cheque en blanco». Sin embargo, tampoco puede exigir un gran precio, porque ya se ha comprometido con el PSOE. «¿A cambio de qué?, ¡de nada!» defienden en la Moncloa que, no obstante, admiten que sería un Gobierno inestable y que tendrían que hacer concesiones a los «indepes» y también a su clientela catalana más nacionalista, liderada por Iceta, que es quien empezó a hablar de indultos o lo que algunos denominan «la administración política de las sentencias del 1-O».

Sánchez pretende volver a gobernar en solitario y, piel de granito, espera aguantar las peticiones de Pablo Iglesias para entrar en el Gobierno. No quiere ver al líder de Podemos en la mesa del Consejo de Ministros y, aunque necesita su apoyo, cree tener la fórmula para evitarlo y mantener su respaldo parlamentario. El olfato del presidente –bien entrenado además por su equipo– le indica que si Unidas Podemos sufre un retroceso importante, como prevén todas las encuestas, no le quedará mas remedio que facilitar el Gobierno del PSOE. Iglesias no puede arriesgarse, por su decisión, a otra repetición de elecciones en la que todavía se desplomaría más y todos, Sánchez el primero, lo saben. Podrá obtener otras concesiones, pero no entrar en el Gobierno. No obstante, lo esencial es la coartada «indepe» de ese gran depredador político que es Pedro Sánchez.