Opinión
No está el horno para bollos
Cada semana, cuando me siento a escribir mi artículo, pienso sobre el
interés que el escrito de una Concejala de Madrid puede despertar. Muchos
pensarán ¿qué puede hacer una Concejala popular salvo defender su opción
política? Dando vueltas al asunto he
decidido que toda opinión tiene su sentido, que también es necesario que una persona que
ve la “procesión que va por dentro” cuente lo que vive en primera persona
y que opine sobre el ejercicio activo de
la política en una Institución que trabaja en la primera línea, en la cercanía
al ciudadano. El testimonio, en el intenso momento que nos está tocando vivir
con dos procesos electorales consecutivos, con una sociedad que, cuanto menos,
no valora el ejercicio de la función pública resulta necesario. Puedo
comprender que determinados asuntos, como la corrupción, el transfuguismo, la
falta de verdad en algunos, nos lleven
al desencanto, la desconfianza y en ocasiones a la decepción pero no puedo
entender que se nos juzgue a todos por el mismo rasero y que no se valore a
personas que dedican su trabajo, su esfuerzo y su vida a ofrecer apoyo a una sociedad en la que viven desde sus
distintas especialidades profesionales y desde sus diferentes ideologías
políticas.
Y es que el dilema a día de hoy no es si somos de derechas o
de izquierdas ni más progresistas o más conservadores, lo que nos jugamos es de mayor envergadura y me atrevería a decir más
peligroso para el futuro de nuestro
país. En las elecciones de este domingo nos jugamos dos asuntos
trascendentales: la permanencia de España como Nación y la destrucción de
España. Así de dramática es la
situación, aunque algunos políticos como Pablo Iglesias traten de banalizarla
además de permitirse despreciar a sus adversarios y llamar “gilipollez” o
estupidez a declaraciones de líderes de otros partidos que les dicen
determinadas verdades que les irritan
por no quere reconocer que sus pactos no son admisibles. Comparto con
Andrea Levy, Secretaria de Estudios y
Programas del Partido Popular, la idea de que “todos los votos que no vayan a
la opción de Pablo Casado, empoderan a independentistas”. Han sido días de
debates televisivos, de cierre de listas para las diferentes instituciones, de
alegrías, de disgustos y decepciones, días complicados a nivel político y
humano. Tampoco han faltado las idas y
venidas de unos partidos a otros. Todas las opciones políticas se muestran
optimistas, tienen buenas sensaciones para el 28 de Abril, no olvidemos que las encuestas hablan de muchos
indecisos. Solo espero que la verdad se abra camino en un momento político que
comienza a ser irrespirable.
Entre tanto debate político la vida continua y no han dejado
de ocurrir gravísimos acontecimientos mundiales que nos duelen en lo más
profundo de nuestro ser y nos inquietan cuando pensamos en la extrema situación
en la que vivimos. Lamento infinitamente el incendio de Notre Dame, emblema de París, de Francia, de Europa y de
toda la cristiandad. Mi admiración por el trabajo de los equipos técnicos de
extinción, esos bomberos que tan correctamente atacaron el fuego devastador de
un tesoro de la Humanidad y a las
autoridades francesas. Tampoco me dejan indiferentes los atentados de Sri Lanka
en tres hoteles y tres iglesias el
domingo de Pascua. El Estado Islámico se ha atribuido definitivamente esta
matanza que se ha llevado 359 vidas y deja más de 500 heridos. Todo ello me
hace pensar en que o nos dedicamos a la política con seriedad y dejando de lado
ambiciones personales y partidistas o el mundo entrará en una crisis extrema.
Volviendo a la realidad española, a dos días de unas
elecciones Generales de suma importancia, solo espero que impere el sentido común. Los
españoles merecemos tener un gobierno serio, responsable y que mantenga a los
independentistas, que pretenden romper España, al margen porque por mucho que
diga “Pepu” Hernandez, candidato del PSOE a la Alcaldía de Madrid, el desafío
independentista no se soluciona hablando
para llegar a acuerdos, que el problema no es tan sencillo. En cuanto al
Ayuntamiento de Madrid estoy segura de que José Luis Martinez- Almeida será el
próximo Alcalde de nuestra Capital. Sin ninguna duda, la campaña será crucial
para que los madrileños tomen su decisión, que aún hay margen para conquistar a
los indecisos y el trabajo de todos nosotros va a ser muy necesario, Madrid no puede seguir en manos de la
izquierda más radical. Madrid no es un buque fácil de pilotar, es una gran
ciudad capital que sigue aumentando su población por cuarto año consecutivo con
lo que sobrepasa holgadamente los tres millones, imaginen lo que eso supone a
la hora de gestionar y hacerlo bien, no con ideas y experimentos improvisados.
Que no olvidamos que Manuela Carmena sigue en su mundo de fantasía, que dice
que el hecho de que Madrid crezca es “una buena noticia que indica que está viva
gracias a que en su mandato ha
recuperado la vitalidad económica y social” y que no se preocupa más que de
asuntos que endulzan su imagen, como celebrar el día del Libro leyendo un
cuento a los niños de una escuela del distrito de Villaverde sobre el gato Zeta
que es el gato de Madrid , sin género definido, que llega a una ciudad abierta,
comprometida e innovadora. Creo que con lo explicado basta, no escribo más. Así
que mucho ánimo y el domingo a votar que no está el horno para bollos.
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