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Opinión

Vamos a ganar, pero no sabemos quiénes

Pío Cabanillas Gallas (Pontevedra, 1926-Madrid, 1991), fue un político que fusionaba la ambigüedad gallega y la escuela florentina. Fue ministro de Información y Turismo de Franco apenas 10 meses, destutuido porque el destape habia llegado a los cines. Demócrata convencido fue varias veces ministro con UCD y uno de los diputados que obtuvo el partido en la deblace en 1982. Años después, su hijo Pío, también sería ministro con José MaríaAznar. Cabanillas Gallas, tan resistente y superviviente como Pedro Sánchez, dijo en una ocasión, ante unas elecciones tan inciertas como las del domingo: «Vamos a ganar, pero no sabemos quiénes». La sentencia sigue vigente, como el ataque de nervios, puro Almodóvar, que sufren políticos y votanes. El CIS que preside José FélixTezanos, criticado y defendido –PedroArriola, el protoasesor de Rajoy es uno de los que le apoya–, cree haber detectado que el ejército de indecisos está formado, sobre todo, por jóvenes y mujeres, que serán quienes decidan elecciones. Pedro Sánchez iba sobrado, pero en los últimos días duda o, es otra posibilidad, transmite que todo está en el aire para recoger los últimos votos. Es el «abc» de final de campaña, algo muy estudiado por Iván Redondo, que fue quién se percató de que Albert Rivera llevaba al debate de Atresmedia la tesis del presidente, y le dió el libro de Abascal-Sánchez Dragó para que contraatacara. El objetivo de Rivera, sin embargo, es el PP y cree, que al margen del 28-A, no sobrevivirá a su calendario judicial pendiente. Por eso sueña con quedarse con toda su clientela y repetir el fenómeno UCD, del que uno de los pocos supervivientes fue Pío Cabanillas. Rivera, para eso, necesita un buen resultado el domingo, pero Pablo Pablo Casado, con Iglesias y Abascal en los extremos y con aspiraciones reales, también está convencido de que solo le BN falta saber «quiénes ganamos».