Opinión

El batacazo en romance

Hay que ver el batacazo/ que se ha pegado Podemos/ con los votos de la gente/ en corto plazo de tiempo./ Perdió en abril treinta escaños/ en un pispás, del Congreso/ y se ofreció a ser ministro/ en el futuro Gobierno,/ y en mayo ha perdido más/ que mi tío bisabuelo/ que por una arpía mujer/ perdió el campo, su dinero,/ su casa en San Sebastián,/ su pertenencia al Consejo/ del Banco de Filipinas/ y en Madrid, su picadero/ sito en Hermosilla veinte/ semiesquina a Claudio Coello./ Mi pariente, hombre de honor,/ sumido en el desconsuelo,/ con los bolsillos vacíos/ y desmesurados cuernos,/ una mañana de junio/ se indumentó con esmero,/ buscó un precipicio amable/ entre Orio y el Monte Igueldo,/ prendió un grueso puro habano,/ regaló su aroma al viento,/ y se lanzó hacia las rocas/ como un Ícaro resuelto/ quedando entre las espumas/ rigurosamente muerto./

No quiero que Pablo Iglesias/ –ni lo busco, ni lo espero–,/ se comporte como antaño/ hizo mi tío bisabuelo./ Pero le muestro la muestra/ y lo pongo como ejemplo,/ de resolución extrema/ al fracaso manifiesto./ Repasado el resultado/ electoral de Podemos/ no se puede ir por la vida/ con tanto orgullo altanero./ No le pido que se lance/ de un precipicio cimero,/ pero sí que reaccione/ como un hombre, ante el entuerto/ que ha sumido a su partido/ rozando el pasmo del cero./ De las ruinas económicas/ conozco sus contratiempos/ sus graves inconvenientes/ y sus engorros supremos./ Y entiendo que si dimite/ ni Soros va a socorrerlo/ ni el ayathóla de Irán,/ ni el tirano petrolero,/ y puede ser que se vea/ obligado por los hechos/ a encomendarle a Gilmar/La venta de su recreo/ del chalé de la Navata/ y del jardín de sus sueños,/ y renunciar a domingos/ de barbacoas, requiebros/ risas, chistes, chapuzones/ ironías y gracejos,/ con amigos e invitados/ llegados con Monedero,/ con la Serra y Echenique/ Mayoral, y con Alberto/ Garzón, el de Izquierda Unida/ que es muy tontito, por cierto./ –Pablo, diles a ellos y ellas/ o mejor, a ellas y ellos/ que a pesar del resultado/ del domingo, seguiremos/ al frente de ellos y ellas/ en la nave de Podemos–,/ le susurró en una oreja/ su dulce Irene Montero./ Y Pablo, sentimental/ recordando lo que Pedro/ le dijo a Oriol Junqueras/ en la farsa del Congreso/ le respondió con ternura/ a Irene, dándole un beso:/ –Mi tronca, no te preocupes; / si te parece,lo vemos–. Y para mí, que lo han visto/ y se quedan, de momento.

Y pensándolo mejor,/ que se queden es muy bueno./ Es muy bueno para España/ que resistan en Podemos/ porque si han perdido tanto/ en tan poquísimo tiempo,/ gracias a sus meteduras/ de pata, a sus vituperios,/ a sus mensajes de odio/ y a sus chorradas sin freno,/ en menos que canta un gallo/ se va al carajo Podemos/ sin que nadie los empuje/ con malos modos groseros./ Con Pablo Iglesias e Irene/ marcharán hacia el desierto/ por culpa de ellos y ellas/ o más bien, de ellas y ellos.

En Cádiz les queda el «Kichi»/ pero es muy breve el consuelo,/ porque han perdido de golpe/ todos los ayuntamientos/ todas las autonomías/ y los predios europeos./ Han perdido la vergüenza/ si es que una vez la tuvieron,/ las formas, la dignidad,/ la coherencia y el verbo./ Eso sí, puede ocurrir/ que Sánchez no encuentre remos/ entre los separatistas/ y se acuerde de Podemos/ que con apoyos tan leves/ mucho daño puede hacernos/ con el futuro de España/ en manos de tantos necios./ Y quien ha perdido todo/ sea ministro del Gobierno.

Que Sánchez es mucho Sánchez,/ desde su resentimiento.