Opinión

Las incógnitas de la renuncia del rey Juan Carlos

La carta que le dirige el rey Juan Carlos al rey Felipe, renunciando a cumplir con su agenda oficial y retirarse de la vida pública institucional, es a todos los efectos dejarle el campo completamente libre a su hijo. Eso podía haber sucedido desde el primer día, si hubieran seguido el ejemplo de Holanda. Cuando la reina Beatriz abdica pasa a ser princesa, baja de rango y solo hay un rey. También podían haber optado por la fórmula seguida en el Vaticano donde hay una bicefalia. En el pequeño Estado Vaticano conviven dos Papas, con la diferencia que Benedicto XVI se retiró tanto que nunca más se le ha visto, previsiblemente volveremos a saber de él cuando suceda su muerte.

La carta del rey Juan Carlos, también tiene otras lecturas. Por un lado, puesto que el título lo da y es extensible a la pareja del que lo detenta, ¿la reina Sofía también tiene que renunciar públicamente por escrito como su marido o la renuncia del titular es aplicable y extensible a la consorte, sin necesidad de renuncia personal expresa? Esto queda en el aire. Sin embargo, si nos detenemos en las agendas de ambos, la respuesta es que parece que son independientes. La reina Sofía tiene un acto el 12 de junio, es decir, 10 días después de la renuncia formal de su marido.

El domingo 2 de junio Don Juan Carlos reinaugura la plaza de toros de Aranjuez, allí se rendirá un homenaje doble, al propio rey que se retira y a su madre, Maria de las Mercedes. Por cierto, que ni la actividad escogida para la retirada, los toros, ni el cartel de ese día son fortuitos. Morante, El Juli y Manzanares son figuras muy cercanas al rey Juan Carlos y la tauromaquia ya se sabe que es una de las grandes aficiones del rey Juan Carlos y no ha dudado en apoyarla en las horas más bajas de la llamada fiesta nacional. La incógnita de si le acompañarán sus hijos; el rey Felipe y las infantas Elena y Cristina, la reina Sofía, sus hermanas Pilar y Margarita, las dos delicadas de salud pero con fuerzas para viajar hasta Aranjuez o sus nietos, se despejará esa tarde, pero hay muchas papeletas para que la familia Borbón haga un esfuerzo porque el patriarca se sienta rodeado por la familia y evitar, como lo ha sucedido en algunos momentos cruciales de su vida pública y privada, en los que uno está más sensible y necesita a la familia y se ha encontrado muy solo.

Otra de las imágenes que resurgen, a raíz del comunicado, es la casualidad de las apariciones públicas muy seguidas, incluso tres veces en una misma semana, de los reyes Juan Carlos y Sofia juntos, incluso en una actividad lúdica como el Open de tenis de Madrid. Algo insólito que no ocurría desde hacía muchos años. ¿Esa cercanía  tiene que ver con este comunicado, ha sido casualidad o todavía nos queda por conocer algún detalle más sobre don Juan Carlos?

Y por último, la referencia a la Constitución y a la Transición que se hace en la carta de renuncia y despedida. Un mérito significativo que nadie duda en adjudicar al reinado de Juan Carlos I, pero que en la fecha histórica de la despedida puede que convenga resaltar meritoriamente porque ya habrá quien recuerde cacerías de elefantes, Corinnas y Noos, pero hoy, como diría Aznar, un presidente de derechas no muy cercano a don Juan Carlos, “hoy no toca”. Curiosamente, el rey Emérito se ha llevado siempre mejor con los presidentes del otro lado, Suárez o Gonzalez, por ejemplo. A los que les concedió títulos de nobleza, uno acepto, Suárez y otro, lo declinó, Gonzalez. No consta que a Aznar le ofreciera alguno.

Se cierra un ciclo de cinco años para reflexionar sobre la jubilación, sobre lo que le queda de vida, con la salud debilitada y para reflexionar en cómo han transcurrido sus 38 años de reinado.