Opinión

A fichar

Con la obligación impuesta a todas las empresas de hacer fichar a la entrada y la salida a la totalidad de sus empleados con el fin de controlar sus horas de trabajo, en La Moncloa están que se pinchan y no sangran. Porque entre «todos los trabajadores, contratados o asalariados», figura doña Begoña Gómez, directora del «Proyecto África» del Instituto de Empresa.

Para ello, el ministerio de Fomento ha encomendado a un estudio de Ingeniería y Arquitectura la urgente creación de un helipuerto que se ubicará en la calle de María de Molina de Madrid, en el jardín o encima de cualquier casa particular, con el fin de facilitar al helicóptero de La Moncloa su aterrizaje con anterioridad a las 9 de la mañana, que es la hora fijada para que fichen los altos directivos. Inmediatamente después de fichar, doña Begoña ocupará de nuevo su sitio en el helicóptero y éste despegará a las 9:03 minutos rumbo al Palacio de La Moncloa, porque su contrato especifica que de trabajar, nada de nada.

Para los días nublos y ventosos, la operación resultará más complicada. Un dispositivo de Tráfico cerrará a partir de las 8:30 de la mañana la entrada por Madrid de la A-6, el túnel de Cristo Rey, el paseo de Cea Bermúdez, la avenida de José Abascal, la plaza de Gregorio Marañón y el tramo inferior de la calle de María de Molina. Con ello, se garantizará que partiendo a las 8:35 de cada mañana lluviosa o densa en nubes del recinto de La Moncloa, la comitiva rodante que traslade a doña Begoña a fichar en el IE antes de las 9, alcanzará su objetivo a las 8:56, con tiempo suficiente de descender del coche presidencial, subir en el ascensor hasta el salón de «Fichajes de Altas Responsabilidades», y retomar el camino de La Moncloa a las 9:05, lo que le permitirá llegar a su casa para desayunar junto a su esposo, el doctor Sánchez, no más tarde de las 9:25. Si las condiciones meteorológicas son un disparate, y las rachas de viento o durante períodos tormentosos con abundante aparato eléctrico conviertan en seriamente arriesgado el vuelo en helicóptero, fichará en su nombre la asesora de Inconvenientes Meteorológicos de La Moncloa, de inmediato nombramiento. Y en ese caso de extrema peligrosidad, doña Begoña podrá permanecer en su lecho conyugal y desayunar en la cama con bandeja de cuatro patas, que es hábito que le encanta.

Para evitar los consiguientes y lógicos enfados de los conductores de vehículos rodantes que llevan a sus conductores a sus respectivos puestos de trabajo, se recomendará, en el caso de que el desplazamiento se desarrolle por carretera, el uso continuado de sirenas en los automóviles oficiales, con el fin de impedir que un conductor nervioso haga caso omiso a la prohibición de circular, arranque su coche, cruce –por poner un ejemplo práctico-, la calle de Velázquez por el paso de María de Molina, y colisione con el Audi de doña Begoña. En tal caso y lacerante tesitura, el conductor será detenido y doña Begoña, para no retrasar su fichaje empresarial, ocupará el lugar derecho del asiento trasero del Audi de respeto, con el fin de cumplir estrictamente con su obligación. Durante el desarrollo de la «operación Fichaje», sea a la ida o a la vuelta, queda terminantemente prohibido en la zona acotada el uso de bicicletas, patines y patinetes, y de esta guisa evitar desgracias personales.

Para demostrar que no existe ánimo de derrochar dinero público en tales desplazamientos, el ministerio de Fomento ha renunciado, de momento, a la construcción de una pista de aterrizaje para aviones Falcon en la calle Príncipe de Vergara con vuelta a la de María de Molina, por considerar que algunos vecinos del barrio podrían protestar desde un principio de razón, lo cual, llegado a oídos de doña Begoña, escrupulosa y transparente como nadie, se desestimó gracias a su renuncia a semejante obrita pública. De producirse algún retraso en la llegada de doña Begoña para proceder a introducir su tarjeta en la ranura del chisme fichador, un alto directivo del IE será en el encargado de tomar el chisme entre sus brazos, bajar a toda pastilla las escaleras y llevar el aparato hasta el Audi de doña Begoña, para que la Directora del Proyecto África se limite a bajar la ventanilla trasera del coche oficial, y alargando el brazo con precisión y destreza, pueda fichar desde el mismo coche. El encargado de portar entre sus brazos el aparato en cuestión, según ha podido saberse, es el señor Güemes, el más preparado físicamente para portar a todo correr, ora escaleras abajo, ora escaleras arriba, el pesado fichador.

Ante todo, hay que dar ejemplo. Y si las empresas están siendo vigiladas hasta extremos pavorosos para exigirles el pleno cumplimiento de la nueva normativa laboral, lógico resulta que doña Begoña se comporte con escrupuloso respeto a la obligada norma. Sólo en caso de viaje oficial en Falcon con su esposo, será eximida de su obligación.

Es decir, que será eximida a perpetuidad.