Opinión
Esperando en Marivent
Este verano, el descanso estival del Rey Felipe estará condicionado por las sesiones previstas en el Congreso de los Diputados para los últimos días del mes de julio, en las que el candidato socialista Pedro Sánchez tratará de conseguir la confianza de la Cámara que le permita ser investido presidente del Gobierno de España. Normalmente la Familia Real viaja a Palma de Mallorca un par de días antes del comienzo de la Regata de la Copa del Rey, que este año comienza el día 27 de julio, y permanece en el Palacio de Marivent aproximadamente la primera decena de agosto.
Pero este verano se presenta bastante complicado, dadas las fechas fijadas para la sesión de investidura que comenzará el día 22. Todo este proceso puede alterar de manera sustancial las vacaciones del Jefe del Estado ya que si finalmente Pedro Sánchez consigue la confianza del Congreso para ser presidente y formar Gobierno, Don Felipe tendrá que permanecer en el Palacio de la Zarzuela para la jura o promesa del nuevo Jefe del Ejecutivo y poco después, la de los nuevos ministros.
Otro trámite sería la solemne sesión de apertura de la legislatura –la número 13 desde la recuperación de la democracia, por cierto, para preocupación de los supersticiosos–. Pero ese acto no es imprescindible que se celebre de manera inmediata, según fuentes del Congreso de los Diputados, sino que se puede aplazar sin problemas para el mes de septiembre ya que no hay plazo fijo para que se efectúe.
En cualquier caso, las vacaciones de los Reyes Felipe y Letizia y de sus hijas, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía, van a estar pendientes de todo lo que pase en la Carrera de San Jerónimo. Sobre todo, porque este año la Copa del Rey comienza el día 27 de julio y no a primeros de agosto como en otras ocasiones. Eso se traduciría en que Don Felipe tendría que renunciar a participar en la regata si finalmente Sánchez consigue ser investido. En el caso de que no supere el trámite de investidura, probablemente las vacaciones de la Familia Real no sufrirían grandes alteraciones y el Monarca podría estar el día 27 en Palma para ser fiel a su cita con el deporte de la vela, en la que se inició cuando era muy niño, y tomar parte en la regata en la que ha participado desde hace decenas de años. Pero no es probable que el Rey Felipe prefiera que el escenario sea este último aunque eso le satisfaga desde el punto de vista personal. Es seguro que el Jefe del Estado preferiría prescindir de la práctica de una de sus grandes aficiones siempre y cuando la situación política española se desbloqueara y eso permitiera entrar en una etapa de estabilidad tan necesaria para España y para el bienestar de los ciudadanos españoles. Para él la obligación está antes que la devoción.
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