Opinión

Equipazo

Creo que con el equipazo que están reuniendo y el buen ambiente que se respira en el nuevo Real Madrid de Florentino y Zidane, el club blanco se asegura, al menos, el octavo puesto en la Liga, los cuartos de final en la Copa del Rey, y la clasificación en la fase de grupos de la Liga de Campeones. Todo dependerá del estado físico de Isco, uno de los futbolistas más admirados en el mundo e imprescindible para el elegante entrenador francés. Si Isco consigue adelgazar veinte kilos y armonizar los sobrantes de sus muslos en los tres primeros meses de competición, el Real Madrid podría, incluso, arrasar. De mismo modo, la defensa madridista con un Marcelo en forma resultará infranqueable.

Ahí tienen al Barcelona, contratando a tontas y a locas y formando un pequeño equipo de supervivientes. El Real Madrid ha fichado a Hazard, y la prensa pipera no habla de otra cosa. Algún día se reconocerá la gran visión del futuro de los dirigentes madridistas, y su valiente aportación a la renovación paulatina del Real Madrid. Un jugador cada año y diez que se van en el mismo período. Vinicius. Ahí está la solución del enigma. ¿Para qué contratar buenos futbolistas si ya tenemos a Vinicius? El inteligente y gran cañonero brasileño, capaz de rematar al primer anfiteatro en tres ocasiones por partido, y ser premiado por la ovación de la grada sosa, la grada subvencionada y uniformada como muestra de gratitud por los esfuerzos que hacen sus ocupantes asistiendo al Bernabéu los días de partido, se ha convertido en la flor de la ilusión del madridismo. Y Kubo. Un formidable jugador japonés, ratón del área, representante en el Real Madrid de la nación que mejor fútbol desarrolla. El desembolso ha sido brutal, y ya era hora. Por otra parte, se ha despedido con la elegancia que caracteriza a Zidane, a futbolistas que quizá, merecerían el mismo trato que el titán de Arroyo de la Miel. Bale no estuvo bien el pasado año. Pero un gol suyo, galopando por la grada, nos dio una Copa del Rey. Un gol suyo, rematando de cabeza un balón que se tragó Courtois, nos abrió el camino de la primera Copa de Europa que perdió el Atlético de Madrid. Y una chilena fabulosa nos permitió vencer al Liverpool en la última final disputada por el fluído equipo blanco. Si Bale tiene que irse, que lo comparto, que al menos lo haga con una palmada en la espalda.

Frenética labor en los despachos. Los componentes del equipo técnico del Real Madrid se sienten saturados de ofertas y demandas. Y al fin, parece ser que al fin, gracias a la perseverancia del elegante Zidane, el Real Madrid se dispone a incorporar a sus filas a un futbolista diferente al resto, Pogba, que ha fracasado en todos los equipos a los que ha pertenecido previamente, el último, el Manchester United. Claro, que el Manchester United es un club de poca historia y con un equipo técnico muy inferior al del Real Madrid. Pogba, además, es un deportista de sencilla condición y nada conflictivo en el vestuario, amén de un luchador nato y correoso. El Manchester ingresará una inesperada cantidad de millones de euros, cuando sus dirigentes estaban dispuestos a indemnizar al club que se llevara a Pogba.

Hay muchos, muchísimos madridistas en donde me hallo. Y la ilusión es colectiva. –Con las ideas y tenacidad de Pérez y la sabiduría demostrada de Zidane, nos vamos a salir–. Eso sí, nadie se atreve a explicar de dónde nos vamos a salir ni en qué dirección, pero que nos salimos, es desenlace asegurado. Para colmo de desagradables inconvenientes, es muy probable que perdamos al trabajador y original futbolista Lucas Vázquez, que corre una barbaridad, es creación de Zidane, y cuando le preguntan por qué corre tanto con tan escaso rendimiento, se ríe. Llorente está en el Atlético y Reguilón va a ser cedido. Cuando uno y otro jugaban en el Castilla, y el entrenador del Castilla era Zidane, le confesaron que uno de los hijos del francés era muy bueno, pero corría poco. Y Zidane, que no es rencoroso, no perdona ese tipo de impertinencias.

Por fortuna, no añoramos los madridistas a Cristiano Ronaldo. En la Juventus de Turín lo está haciendo mal, unos sesenta goles por temporada, que es cifra ridícula. Cristiano pasó sin pena ni gloria por el Real Madrid, aunque lo ganara todo, tres balones de Oro incluidos como madridista. A pesar del afecto que se le mostró siempre, decidió marcharse a Italia por algo más de la mitad de lo que va a pagar el Real Madrid por el mágico Pogba, que es el preferido del fantasma que se le aparece a Zidane de cuando en cuando para recomendarle futbolistas.

En fin, que no sigo porque tengo que guardar todas mis energías para celebrar el impactante fútbol de mi equipo en la próxima temporada. ¿Griezmann, De Jong? Cromos absurdos. Donde esté la juventud de Ramos, el disparo a la grada de Vinicius, la sabiduría nipona de Kubo y la rapidez por la banda de Isco, que se vayan preparando los demás.

Qué año vamos a pasar.