Opinión

Jueves hacia el fin

Hoy, jueves, ha amanecido con calma, como cualquier jueves de un mes cualquiera de los años de nuestras vidas. La naturaleza no entiende de las traiciones y las villanías políticas. Hoy se celebra el día de Santiago, Patrón de España. Un Patrón a cachos, por cuanto en algunas autonomías han decidido ser más originales y no festejar el Día del Apóstol. Celebran otras cosas. Hoy, en el Congreso de los Diputados, sus señorías votan. Si don Julián Besteiro, socialista y primer presidente del Congreso en la Segunda República, tuviera la oportunidad de echar una ojeada a muchos de los diputados de izquierdas que ocupan un escaño, se llevaría un pasmo del disgusto, de la repugnancia estética que impera en el hemiciclo. Besteiro era un socialista elegante y un español rotundo. Y no le faltaba el humor. En un pleno veraniego, con calor de Verbena de la Paloma, un diputado le pidió permiso para quitarse la chaqueta. Besteiro accedió: «Señores diputados, todos sufrimos las consecuencias del calor en este hemiciclo. Aquellos que lo consideren oportuno pueden optar por aligerarse y quitarse la chaqueta, con una condición. Que cada uno se quite la suya».

Hoy jueves podemos estar viviendo el primer jueves hacia el fin. Hacia el fin de España. El socialismo de hoy nada tiene que ver con el de Besteiro, Fernández de los Ríos o Felipe González. El socialismo de Zapatero y Sánchez abomina de España. Es un socialismo traidor que se apoya en los traidores, los separatistas y los herederos del terrorismo para gobernar. En el Gobierno hay traidores. En el Gobierno hay defensores de la escisión de Cataluña, anticonstitucionalistas, republicanos de pacotilla que no han leído jamás e ignoran los desastres del Frente Popular, hijos y nietos de los perdedores de una Guerra Civil en la que fueron derrotados por sus propios errores y por terminar a tiros entre ellos. En el Gobierno de la España Constitucional y del reencuentro, hay partidarios de eliminar la independencia de los poderes legislativo y judicial sometiéndolos al Poder Ejecutivo. En este Gobierno de España hay soñadores de catedrales e iglesias amontonadas en cenizas y de mezquitas alzadas en sus solares. En este Gobierno hay antimilitaristas que se nublan de emoción cuando los que visten el uniforme son cubanos, venezolanos, coreanos o iraníes. En este Gobierno que hoy nace para que España agonice, hay mucho más rencor, resentimiento y deseos de venganza que trabajo, sentido del servicio público y vocación de luchar por el bien común. En este Gobierno que nacerá hoy jueves con destino hacia el fin, hay vacíos culturales e históricos no habituales en el Tercer Mundo, sino en el Cuarto. Petimetres y vagos que no han trabajado ni leído en su vida con el destino de España en sus manos. Gobierno para comunistas, separatistas y terroristas. Hoy jueves, día de Santiago, Patrón de España, principia la descomposición de la concordia y el respeto a las ideas ajenas que imperó durante la transición. Hoy, una guerra civil que terminó en 1939, y que se olvidó hasta que llegó el felón de Zapatero y sus bandas subvencionadas, inicia un nuevo período de desenlace. Dice una etarra en el Congreso que hay que fijarse en el Valle de los Caídos y las cunetas... Una partidaria de la ETA. Y Sánchez calla. Dice un rufián separatista que el Rey es el responsable del lío en Cataluña por sus palabras contra la farsa del refrendo impostor. Y Sánchez calla. El presidente del Gobierno que jurará o prometerá ante el Rey –si es que la vicepresidenta Montero no ha conseguido con urgencia la guillotina– no defiende al Rey. Hoy, por mantener los privilegios de la comodidad y las delicias del poder, Sánchez aceptará gobernar España con los traidores a España. Y eso sucede en el siglo XXI, en una España que forma parte de la Unión Europea, que es de las naciones más visitadas por turistas del mundo, con una economía resurgida, unos servicios sociales admirables y una desmedida generosidad –no siempre merecida–, con los que a España llegan de otras culturas y naciones para asegurar el porvenir de los suyos. Hoy, quizá, nuestros abastecimientos y supermercados, que abren sucursales en diferentes países, dan el primer paso hacia las estanterías vacías y el hambre bolivariana. Hoy, la nación de los navegantes y descubridores de América y el Pacífico – el mar español–, los pioneros en legislar con igualdad a los nativos de las nuevas tierras que a los españoles de origen, los dueños de la novela y la poesía de los siglos de Oro, de la mística de San Juan de la Cruz y Fray Luis de León, del 98 y del 27, la España asombrosa de la Pintura, la heroica en la Milicia, la nación que sembró el idioma común en los cinco continentes y hoy hablan mil millones de seres humanos en el mundo, excepto en algunas esquinas de la propia España, puede adelantar el camino de su destrucción.

Jamás España estuvo en manos de tantos traidores.