Opinión

El Rey Juan Carlos, bicampeón del mundo

Don Juan Carlos estuvo unos días en Mallorca y, coincidiendo con la llegada a la isla de su hijo Felipe y de su familia, él abandonaba Baleares con rumbo a Hanko, Finlandia. El rey Emérito no iba solo, lo hacía acompañado de su hija Elena y de la corte de amigos marineros que suelen tener su base en el puerto de Sanxenxo. El rey Emérito, tenía motivos de fuerza mayor para abandonar Baleares, superar un reto de altura, defender su estatus de Campeón del Mundo de barcos de 6 metros. Después de tres días de regatas en las frías aguas nórdicas, prueba superada,. El Bribón500 un barco clásico de 6 metros con don Juan Carlos al timón, ha ganado por segundo año consecutivo el campeonato intercontinental. La primera proeza, dado que dejó de competir en la Copa del Rey de Vela en Mallorca por su estado de salud y problemas de movilidad, la consiguió en Vancouver, Canadá, hace dos años, cuando se proclamó Campeón del Mundo de 6metros. El viernes 9 de agosto, el barco de José Cusí, el Bribon que timonea el Rey Don Juan Carlos ha revalidado su título de Campeón del Mundo de 6 metros y reafirma su posición de favorito para las próximas citas continental e intercontinental, que se celebrarán en Sanxenxo en 2020 y 2021.

Don Juan Carlos resetea su vida y establece su “reinado” en el Norte
Don Juan Carlos, tras ganar el Mundial de Vancouver (Canadá) en 2017 y el Europeo de La Trinitè-sur-Mer (Francia) en 2018 con el “Bribon 500”, cuyo armador es José Cusi, ha vuelto a demostrar que sus problemas de salud no le han impedido revalidar su título y lo ha hecho con la misma tripulación que le acompaña desde hace cuatro años. Don Juan Carlos encontró en los barcos clásicos de seis metros el lugar perfecto en el que seguir practicando su actividad favorita, la vela. Una afición de la que el rey Emérito siempre dice “mi padre era navegante y yo soy regatista”. Pasado el mal trago de la abdicación y después de recorrerse España en una especie de viaje por un país para comérselo, un grupo de amigos, entre los que estaba Pedro Campos y José Cusi, que ya apenas puede acompañarle en estas gestas deportivas, se encargó de organizar una estructura que le permitiese al rey Emérito distraerse en el mar y disfrutar de ello, en contra de la opinión de algunos médicos.

Don Juan Carlos está muy centrado en la Vela pero eso no le ha impedido abandonar su devoción por la buena gastronomía, en Galicia hay muchos y excelentes lugares, y por alguna jornada de caza, también en las fincas de los amigos. Crear una flota española y buscar un puerto alternativo al de Palma fue el siguiente paso. El “Acacia” de Mauricio Sanchez Bella, el “Ian” de César Elízaga o el “Stella” de Violeta Álvarez, son algunos de los siete barcos que forman parte de ese grupo y el Real Club Náutico de Sanxenxo, es su base. Viene a ser, metafóricamente hablando, como una Corte y un pequeño Reino a su medida, donde la agenda la marcan las jornadas deportivas, la temporada de caza, las festividades de los amigos y parientes, entre sus últimos compromisos familiares ha sido la asistencia al bautizo y doble comunión de los hijos pequeños de Luis Alfonso de Borbón y Maria Margarita Vargas, que lo celebraron en su casa de Madrid el mismo día. Una vez establecida la operativa, llegaron los detalles, la rampa para que don Juan Carlos pudiera acceder al Bribón, adaptar un cubículo para que el rey estuviese bien sujeto y pudiera timonear la embarcación y solucionar el alojamiento. En un principio don Juan Carlos se quedaba en una estupenda casa rural pero enseguida aceptó la invitación de su buen amigo y compañero de regatas, Pedro Campos. Ahora se aloja en su vivienda, donde le han acondicionado su espacio en la planta baja para no tener que subir escaleras. El mismo Pedro Campos, elogiaba en Finlandia el esfuerzo del rey “ha sido un campeonato muy difícil por el altísimo nivel de la flota americana, suiza y, sobre todo, la finlandesa, que jugaba en casa . Ha sido un duro trabajo y queremos agradecer la gran ovación que ha recibido el equipo y Don Juan Carlos por parte del resto de participantes al subir a recoger el premio. Salvo estos dos últimos días las condiciones han sido muy duras, y la flota ha rendido homenaje al esfuerzo titánico de Don Juan Carlos”. Emocionada y envuelta en la bandera española, su hija, la infanta Elena, también aplaudía a su padre y así envueltos en banderas y muy felices, los equipos españoles que tienen su base en Sanxenxo y navegan con don Juan Carlos, se hacían la foto para el recuerdo. Hace cuatro años que don Juan Carlos ha establecido su base en Sanxenxo, abandonar oficialmente la agenda oficial, mediante comunicado, era un mero trámite necesario para darle rienda abierta a la jubilación. Si la reina Sofía hace dos años me decía que estaba encantada jubilada “porque me lo paso pipa”, lenguaje que toma prestado de sus nietos, don Juan Carlos con su círculo de amigos, sus viajes a ver jugar a Rafa Nadal, sus torneos de Vela, especialmente el que le crearon con su nombre o la temporada de caza, vive la vida sin agenda y aunque la infanta Elena es la que más le acompaña, últimamente se ha dejado fotografiar con la reina Sofía, lo que no sería nada raro dado que están casados pero que extraña por lo inhabitual de la situación. Y digo “se han dejado fotografiar” porque si no quisieran no habría fotos. ¿Cuál es la intencionalidad? La respuesta la tiene la comunicación no verbal, el análisis de los gestos.