Opinión
Eclipse de Dios
¡Por Dios Santo! Era una expresión que solía utilizar mi abuela cuando escuchaba o leía algo que realmente clamaba al cielo. Y teniendo en cuenta que no era creyente, ni siquiera se acercaba un poquito, supongo que esa sentida aseveración tendría más valor en su boca que en la de cualquier devoto. Esto del fervor y la religión ha cambiado mucho, bastante más de lo que nos pensamos.
Antes, las personas que vestían hábito y se asomaban a los medios de comunicación, solían ser del perfil del Padre Mundina y su exquisito cuidado de las plantas. De ahí pasamos al Padre Apeles y, como todo en esta vida degenera, hoy aparece a golpe de tuit una monja llamada Sor Lucía Caram. Asegura esta monja que no encuentra diferencias entre los campos de exterminio y la imposibilidad de desembarcar a los refugiados del Open Arms, entre Hitler y los gobiernos europeos. Lo grave no es que lo tuitee, lo arduo es que de verdad lo piense. No creo que valga la pena tratar de explicárselo. Costaría tanto como exponérselo a los que se hacen un selfie sonriendo y adoptando posturas absurdas e irrespetuosas en el campo de concentración y exterminio de Auschwitz.
Lo primero que a uno se le ocurre al leer algo así, es ponerse a rezar para que esta monja no rece. Y si lo hace, que ore para otro lado, no vaya a ser que nos salpique su lucidez ignota, probablemente adquirida por ciencia infusa. El filósofo judío Martin Buber, refugiado de la Alemania nazi, definió Auschwitz como el eclipse de Dios. Quizá debería comenzar por ahí para empezar a encontrar las diferencias.
✕
Accede a tu cuenta para comentar