Opinión

Neymar

El Real Madrid tuvo fichado a Neymar. Antes de firmar, llegó el papaíto de Neymar y exigió diez millones de euros para su bolsillo en concepto de no se sabe qué. Y el Real Madrid se echó para atrás y facilitó el fichaje del infeccioso personaje por el FC Barcelona. Neymar es un gran futbolista, pero también una enfermedad tóxica. Puede meter goles muy bonitos y brasileños, pero simultáneamente infecta el vestuario del club que le paga millonadas a cambio de su desconcierto. Ignoro de dónde saca el Barcelona tanto dinero, pero si Neymar desea volver a la ciudad sin ley de Colau, la mejor estrategia del Real Madrid es facilitar su retorno a la ciudad Condal. Neymar y el Real Madrid no encajan, porque antes o después lo traicionará. Y ahora me pregunto si para el supuesto equipo técnico del Real Madrid hay otros jugadores interesantes en Europa que no sean Neymar. Me pregunto y respondo. Los hay, pero la inutilidad demostrada en los dirigentes del Real Madrid en los dos últimos años para negociar nuevas incorporaciones resulta preocupante.

Es curioso lo de las nacionalidades y su rendimiento en diferentes clubes. Exceptuando a Roberto Carlos, Marcelo, un algo Casemiro y un mucho el gran Ronaldo el gordo, en el Real Madrid no han triunfado los brasileños. Sí en el Barcelona y Atlético. En el Real Madrid han dado todo lo bueno que llevaban dentro los alemanes, desde Netzer y Breitner, pasando por Stielike y Kroos. Hoy meterían a Bernabéu en la cárcel por su manera de hablar políticamente incorrecta. Había perdido el Real Madrid la final de la Copa de Europa con el Benfica de Lisboa. Tenían los portugueses un gran equipo y un genio del fútbol, el mozambiqueño Eusebio. Visitaron a Bernabéu Di Stéfano, Puskas y Gento, nada menos. Di Stéfano tomó la palabra y le dijo al formidable don Santiago que su sucesor en el Real Madrid se llamaba Eusebio, que habían hablado con él, y que la gran ilusión de Eusebio era la de jugar en el Real Madrid. Pero aquella mañana, don Santiago se había levantado con el pie izquierdo, y su respuesta fue contundente: «No quiero en el Real Madrid a jugadores negros o con bigote». Se frustró el sueño de Eusebio, y en la temporada siguiente Bernabéu fichó a un brasileño negro y con bigote, Didí, que fracasó sin vuelta de hoja.

Pero Didí llegó en solitario a Madrid y se marchó discretamente, como un señor. Neymar lleva de mochila a diecinueve amigos gorrones, que le ojean en las discotecas las follatrices correspondientes. Se entrena con desgana, baila muy bien la samba y sopla con delectación. Zidane no es un buen entrenador, pero sí un hábil gestor de las vanidades, aunque haya perdido su principal virtud. Se marchó inteligente e inesperadamente del Real Madrid y fue recuperado por Pérez cuando no supo defender su apuesta por Lopetegui y la posterior por Solari. Volvió y empeoró los resultados de uno y otro. Don Santiago no transigía. El que se marchaba voluntariamente del Real Madrid no volvía. El Real Madrid ganó en Vigo el primer partido de la Liga Nacional, y el piperío habla ya de la decimocuarta Copa de Europa. Y con Neymar, que es lo más preocupante.

Es imposible cambiar el carácter y la manera de ser de un futbolista de la categoría de Neymar. Y meterlo en la cueva de las estrellas sería catastrófico. Fichar a Neymar por más de cien millones de euros equivale a contratar al Dioni como jefe de administración y contabilidad de taquillas. A su paso, y con su presencia, ha sembrado muchos más problemas que soluciones deportivas. Busque el Real Madrid en otros caladeros y eche las redes por Europa. Con la plantilla actual, las decepciones, la desilusión y el aburrimiento llegarán antes de Navidad. La remodelación del Estadio Bernabéu se me antoja necesaria y grandiosa, pero después hay que llenarlo, y con Isco, Ramos otoñal, y Lucas Vázquez y Vinicius de puntas de lanza, va ser difícil levantar el ánimo de los madridistas. Neymar, además, ha manifestado públicamente que quiere volver al Barcelona, y el Real Madrid no puede competir para contratar a un reconocido «culé». Antaño el Real Madrid no fallaba, y ya estaría vestido de blanco Killian Mbappé, que el año que viene será fichado por el Barcelona porque en el Real Madrid no es necesario gracias a la velocidad y la verticalidad en el juego de Isco, ojito derecho de Zidane.

Por otra parte, Neymar se lesiona con frecuencia por su indolencia en los entrenamientos y su pavor al gimnasio. Es un genial futbolista y un peligroso tumor inoperable. Cualquier delantero que llegue –que tendrá que llegar, digo yo-, será mejor para el Real Madrid que el barcelonista Neymar. Con Neymar en el Madrid, que el Cristo de Medinaceli nos coja confesados.