Opinión
El Estado derruído
Leo en la portada de LA RAZÓN: «‘‘Lisa’’ y ‘‘Gandalf’’: la clave que vincula a Puigdemont y Torra con los CDR. El president (sin comillas) iba a encerrarse en el Parlament (sin comillas) tras proclamar la República». Leo en la portada de ABC: «Torra y los CDR iban a declarar la república catalana tras “secuestrar” el Parlament (sin comillas). El sumario de la Operación Judas revela la vinculación del Govern (sin comillas) en la estrategia violenta y unilateral de los radicales detenidos, acusados de terrorismo». Leo en la portada de «El Mundo»: «Torra dio la orden de asaltar el Parlament (sin comillas) y lo pagaba el CNI catalán. El “president” (entre comillas) tenía el nombre en clave de “Gandalf” y Puigdemont “Lisa”, según el sumario de los CDR». Con independencia de la cursilería del lenguaje autonómico, que me irrita sobremanera, me pregunto: ¿En qué país vivimos? ¿Qué Estado tenemos? ¿Qué España estamos abandonando? Un delincuente fugado y amparado por Bélgica y un presumible forajido que alienta y apoya la violencia desde la presidencia de la Generalidad de Cataluña. «Gandalf» es el representante máximo de España y del Rey en Cataluña, y ordena a los CDR que construyan artefactos explosivos, y financia con el dinero del CNI catalán, que es dinero de todos los españoles, un golpe de Estado violento contra España y su Constitución. Para colmo, y con medida ingenuidad y perversa estrategia, el Presidente en funciones del Gobierno de España simula que se equivoca y deja en el aire un mensaje de sumisión de la Fiscalía al Poder Ejecutivo, lo que reforzará, sin duda alguna, la teoría de una España que no es demócrata y la permanencia del delincuente fugado en Bélgica, que dentro de la puta Europa, es el Estado más puto de todos. Si Sánchez gobierna gracias a los separatistas catalanes y vascos, ¿cómo va a desear que los separatistas violentos de Cataluña, en los que se apoya, sean extraditados, o simplemente detenidos, o sencillamente expulsados de sus responsabilidades como sospechosos – más que sospechosos-, golpistas que promocionan el terrorismo y la violencia? ¿Se han puesto de acuerdo los tres periódicos al principio mencionados para abrir sus páginas con una noticia falsa? Los dirigentes y exdirigentes catalanes han traicionado a España y a Cataluña. Y el Presidente del Gobierno de España en funciones, siempre en el alambre, no puede faltar a su palabra dada a los dirigentes y exdirigentes de Cataluña porque dejaría de ser el Presidente del Gobierno de España. Tajani declaró días atrás, que si en Italia se diera un caso de traición parecida a la que protagonizan los separatistas catalanes en España, pasarían más de treinta años en la cárcel.
Francia, a los políticos traidores a su nación, les reserva una condena a perpetuidad. Pero en España, los CDR de “Gandalf” y “Lisa” incendian Barcelona, boicotean al Rey, golpean a quienes no son coincidentes ni con sus ideas ni con sus métodos, paralizan la libertad de movimientos de los catalanes, destrozan vías y carreteras, paralizan autopistas, amenazan con plena inmunidad, derrochan el dinero de los españoles para destruir España, y aquí no pasa nada. ¿En qué país vivimos y qué España estamos dejando abandonada entre todos por nuestros silencios, nuestros complejos y nuestra cobardía?
No hay referencias para establecer comparaciones en el mundo libre. El PSOE se ha convertido en un partido antiespañol y sometido a los intereses personales. De aquel PSOE de socialistas patriotas hemos saltado a un socialismo que pacta con la violencia, le herencia del terrorismo vasco, y el apoyo a los terroristas del CDR de los actuales dirigentes catalanes. Y la culpa, la tenemos los españoles, y especialmente, los catalanes que no quieren dejar de sentirse tan españoles como catalanes. Además, nos insultan.
Vivimos en un Estado derruído. Con unas izquierdas que odian a España y unas derechas que, al menos hasta el momento, no han sabido o querido defenderla. Pero no pasa nada. Y lo comprobaremos, por desgracia, el próximo domingo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar