Opinión
El MINDEFGA
Circulan rumores de que Sánchez tiene pensado acceder a la petición del abrazafarolas de nombrar ministro de Defensa a Julio Rodríguez, el que fuera JEMAD con Zapatero, entusiasta podemita, y fallido diputado por Zaragoza y Almería en el partido morado. El intrépido Rodríguez ha adquirido fama de gafe, que es notoriedad poco empeorable. – Pedro mío, sólo te pido que hagas ministro de Defensa a Julio-; - si me prometes, Pablo de mis entrañas, que va a tener a mi disposición y en perfecto estado mi Falcon y el de Begoña, no tengo motivos para negarte tu deseo, porque a mí, lo de la Defensa y los militares me importa un bolo-; - a Irene y a mí, como vicepresidente y ministra de Sanidad, también nos gustaría usar otro Falcon-; - por supuesto, Pablo mío, y no un Falcon como el que Begoña y yo utilizamos, sino uno adecuado a vuestras necesidades, con asientos para el servicio doméstico, vuestras personas de seguridad y tres asientos para bebés-. – Gracias, mi Pedro-; - De nada, Pablín-.
Como ahora todo se concentra en el lenguaje militar, el Ministro de Defensa, supongo, será el MINDEF. En el caso de que Julio Rodríguez fuera nombrado como tal, su denominación pasaría a ser el MINDEFGA, es decir, Ministro de Defensa Gafe. Con los litros de resentimiento que lleva en su bilis el fracasado General del Ejército del Aire, nos puede dejar sin Defensa en muy pocos meses. No se entiende ese rencor, por cuanto Julio Rodríguez sirvió como oficial en tiempos del franquismo y ascendió con normalidad. Terminó por alcanzar el Generalato, y fue nombrado por Carmen Chacón JEMAD, cumbre del mando militar profesional, que en su caso, es sólo profesional y no vocacional, como en la mayoría de los decentes españoles que visten uniforme. Tendría que estar muy agradecido. Menuda potra. Pero no. Se siente resentido con la sociedad que le ha mimado, aupado y ascendido a nubes que no le correspondían.
Las Fuerzas Armadas están compuestas por españoles ejemplares que cumplen con su deber y asumen la disciplina jerárquica sea quien sea el ministro de Defensa. Es más, si le preguntan uno por uno quien ha sido, en su opinión, el mejor ministro de Defensa de la España democrática, el elegido será un socialista, Julián García Vargas.
Carmen Chacón llegó de uñas, y dejó un magnífico recuerdo. No conocía a los militares, y cuando los trató a diario, se apercibió del inmenso valor de su disciplina, sinceridad, sacrificio, sentido del deber y amor a España y su Bandera. Tuve recelos cuando fue designada ministra de Defensa Margarita Robles, y salvo un despropósito inicial con un Almirante de la Armada, su gestión se me antoja más que positiva, y creo que ha experimentado la misma sorpresa, parecida evolución en sus sentimientos respecto a los militares que Carmen Chacón. Los miembros de las Fuerzas Armadas no miran ni distinguen en su fundamental servicio, si el ministro es de derechas, de centro o de izquierdas. Pero valoran el patriotismo y el respeto a su función. Julio Rodríguez milita en un partido que ha demostrado con creces su desprecio a las Fuerzas Armadas, y para colmo, personalmente, se ha distanciado sin medida de sus antiguos compañeros. No tiene buen cartel entre los militares, que tan bien lo conocen. Pero si Iglesias e Irene, los que abusan del servicio doméstico, exigen que este hombre fracasado en la política, sea el futuro ministro de Defensa, Sánchez no pondrá obstáculos a la ignominia. Sólo nos puede salvar la poca duración de esa gamberrada de Gobierno que han pactado el que quiere gobernar con el apoyo de los terroristas e independentistas, y el que siente una gran proximidad ideológica con los terroristas y los independentistas, que de eso se trata.
El mero hecho de pensar que Julio Rodríguez puede llegar a ser nombrado Ministro de Defensa equivale a insultar a todos los militares. Pero la situación de España es un barullo que viene de una Derecha cobarde y una Izquierda traidora. Y lo más limpio que nos queda, las Fuerzas Armadas, la Guardia Civil y el CNP, nos lo quieren manchar. El gafe no puede ser ministro de Defensa. Seríamos invadidos por los hijos de Alá, cuyo profeta creo recordar que es Mahoma. Al menos, eso se comenta.
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