Opinión

¿Que nos traerá 2020?

¿Cómo se presenta 2020? ¿Dónde

tendremos que tener puesta la atención el año que viene? ¿Soplarán

vientos propicios o turbulentos?

El

principal punto destacado de la agenda internacional recae

indudablemente en Estados Unidos. Desde 1845, los

norteamericanos están convocados cada cuatro años “el primer

martes del primer lunes del mes de noviembre” para elegir a su

presidente, que no sólo controla el Gobierno sino que también es el

comandante en jefe de sus Fuerzas Armadas. El calendario señala el 3

de noviembre. La gran incógnita que queda por despejar es conocer el

nombre del oponente a Donald Trump, ya que el proceso de destitución

activado en la Cámara de Representantes no pasará el obligado

filtro del Senado, donde los republicanos poseen una cómoda mayoría.

Será su adversario el multimillonario y exalcalde de Nueva York

Michael Bloomberg? ¿O acaso aparecerá un cisne negro? La campaña

será especialmente sucia y agresiva. Aunque fue acusado de

“obstrucción a la justicia y abuso de poder”, Trump tiene muchas

opciones de ganar de nuevo; primero, porque la historia de su propio

país así lo dice: los presidentes estadounidenses suelen repetir un

segundo mandato. De los 19 presidentes del siglo XX, sólo cuatro no

fueron reelegidos —Herbert Hoover (1932), Gerald Ford (1976), Jimmy

Carter (1980) y George Bush padre (1992). Segunda razón: los

demócratas andan desnortados y divididos entre sí. Si optan en sus

primarias por un candidato demasiado izquierdista o revolucionario,

sufrirán una derrota sin paliativos. El fracaso del ‘impeachment’

puede tener un efecto bumerán, sobre todo en cuatro estados

(Florida, Michigan, Pensilvania y Wisconsin) de los llamados “swing

States” que deciden el resultado electoral. Tercer motivo, quizás

el más importante. La economía nacional no va mal. Y el consenso de

los analistas es que en 2020 asistiremos a un nuevo periodo de

expansión económica y bajo desempleo en Estados Unidos. Tampoco es

descartable que se consolide la tregua en la guerra comercial que

EEUU libra con China. Esos pronósticos beneficiarían

indiscutiblemente al actual inquilino de la Casa Blanca.

La salida del Reino Unido

de la Unión Europea (UE) no será salvaje sino programada. La fecha

del Brexit: el 31 de enero. La victoria electoral arrolladora

del líder ‘tory’ Boris Johnson ha dejado expedito el camino. Eso

evitará muchos quebraderos de cabeza, pero no dejará de provocar

escenarios inéditos y complejos, por ejemplo, con respecto a

Gibraltar. El Peñón dejará ese día de estar dentro del club

comunitario, lo que implica que se modificarán por completo las

actuales condiciones de libertad de movimiento de personas, bienes,

servicios y capitales. Se abrirá un (largo) proceso de negociación

entre Bruselas y Londres que concluirá con la firma de un acuerdo

para las relaciones futuras que incluirá Gibraltar y donde la

posición de Madrid resultará determinante. De hecho, el nuevo

tratado internacional no se aplicará a ese territorio británico

inglesa si no cuenta previamente con el acuerdo de España. El nuevo

Gobierno de coalición tendrá ocasión de poner sobre la mesa la

soberanía del Peñón (los territorios cedidos por el Tratado de

Utrecht), las aguas territoriales, el territorio ocupado (parte del

istmo) y, a ese respecto, el uso del aeropuerto, el contrabando, la

evasión fiscal, los daños medioambientales, y la situación y los

derechos de la población española que allí trabaja.

Bolivia: El país

andino vive desde noviembre una situación extraordinaria. Evo

Morales se encuentra desde hace semanas en Argentina como refugiado

político después de que los militares le obligaran a renunciar al

puesto de presidente. Morales se postulaba entonces a la reelección

(casi 14 años consecutivos en el poder), pero los comicios

presidenciales de octubre se vieron afectados por unas graves

irregularidades denunciadas por la oposición y la comunidad

internacional. Tras la huida del político indígena, Bolivia está

dirigida por una presidenta transitoria, Jeanine Áñez,

perteneciente a la oposición, cuya principal tarea era dar

continuidad institucional, pero, contrariamente a ello, está

desarrollando una campaña de acoso y derribo contra los partidarios

de Morales, que ha llegado a provocar incluso una crisis diplomática

con España. Las elecciones se celebrarán entre marzo y junio en un

ambiente extraordinariamente polarizado. Morales no se presentará

como candidato y lo más plausible es que su lugar lo ocupe Andrónico

Rodríguez, un joven líder cocalero que ya despierta las simpatías

entre las nuevas generaciones y va primero en los sondeos de opinión.

Se medirá al expresidente Carlos Mesa, representante de la derecha.

Chile: El día 26

de abril de 2020 los ciudadanos chilenos decidirán en un plebiscito

nacional si quieren o no cambiar y cómo la Constitución creada en

1980 por la dictadura militar del general Augusto Pinochet. El

referéndum representa la principal consecuencia de un acuerdo por la

paz social suscrito por la mayoría de los partidos políticos, tanto

de la coalición gubernamental como de la oposición. El acuerdo se

cocinó en noviembre después de que Chile viviera las mayores

manifestaciones, pacíficas y violentas, desde el regreso de la

democracia, protestas aún continúan, que costaron la vida al menos

a 26 personas, que minaron la autoridad del presidente Sebastián

Piñera y que evidenciaron los graves fallos sistémicos de la

sociedad chilena, hasta entonces envidiada en toda Latinoamérica.

Venezuela: Gracias

al apoyo interesado de Rusia y Cuba y a la lealtad calculada de la

cúpula de las Fuerzas Armadas venezolanas, Nicolás Maduro continúa

a los mandos del país. Increíble pero cierto. Nada más arrancar el

Año Nuevo, el sucesor de Hugo Chávez se enfrentará a un reto muy

serio: impedir que el día 5 de enero la Asamblea Nacional de

Venezuela renueve a Juan Guaidó como presidente del Parlamento. Lo

tiene difícil Maduro, aunque esté empleando para ello todas las

armas propagandísticas y represivas a su alcance. Guaidó, pese a

ser ampliamente reconocido por la comunidad internacional como el

presidente interino, no ha logrado tomar el control. 2020 será un

año más de desgaste y enfrentamiento. De penurias y sufrimiento. Si

no se rompe el actual nudo gordiano, es muy posible que siga

aumentando el número de personas que decide buscar una salida y

emigrar al exterior, principalmente a Colombia. En los últimos cinco

años más de 4,3 millones de venezolanos han abandonado su país, lo

que resulta una terrible paradoja si tenemos en cuenta que esta

nación caribeña rica en petróleo recibió millones de inmigrantes

de Europa y América Latina.