¡Dialoguen, por favor!

A pesar de los ataques, furibundos, de la derecha catalana y sus adláteres de la extrema izquierda, en pinza conjuntada con la derecha española, socialistas y republicanos sellaron ayer su acuerdo. En esencia, PSOE y ERC se emplazan a dialogar después de años de enfrentamientos y de políticas de bloques, que como su nombre indica llevan al bloqueo. El acuerdo fue ratificado por ERC por abrumadora mayoría, condición sine qua non de la dirección republicana, consciente de que serán blanco de las iras de Puigdemont y Torra, que en las últimas horas han llegado a amenazar con romper el gobierno de Cataluña.

Los socialistas seguirán siendo acusados de vender a España, cuando en los términos del acuerdo ni los republicanos se ponen de rodillas ante el Estado Español ni el PSOE vende absolutamente nada. En el lenguaje del documento se habla de bilateralidad y de lealtad constitucional, un acervo que no es nuevo. Viene redactado en el Estatut vigente y Constitucional, que conviene releer a todos aquellos que hoy claman por la rendición de Sánchez.

El lenguaje siempre es interesante seguirlo de cerca. El documento recoge la posibilidad de una consulta sobre los hipotéticos acuerdos de esta mesa de diálogo. Una consulta inscrita en el marco jurídico-político. También convendría recordar que este tipo de consultas, en los que participara la ciudadanía catalana, están previstas en la Constitución con la aquiescencia del Congreso y del Parlament. Unos pasos que se cumplieron escrupulosamente hace una década y que el Constitucional, manipulado torticeramente, tumbó una vez votaron los ciudadanos.

En definitiva, el documento firmado por PSOE y ERC propone dialogar. No apunta ninguna solución, solo marca los límites del terreno de juego. La situación política en Cataluña es de conflicto y de convivencia, y hasta aquí se ha llegado tras años de confrontación. Si ahora dos de los principales protagonistas de los grupos antagónicos quieren explotar nuevas vías, bienvenidas sean. Dialoguen, por favor, esto es lo que necesita Cataluña y España. La solución es compleja y, con seguridad tardará en llegar. Los dos gobiernos se comprometen a hacerlo, pues bienvenido sea. Además, ¿quién estará en el Gobierno catalán en los próximos meses? De momento, socialistas y republicanos han puesto un grano de arena para poner en marcha un cambio de etapa en un documento de buenas intenciones. Como nos dijo Junqueras en la entrevista concedida a este diario, «dialogar no es pecar».