Opinión

Entre Revilla y Teruel

Migue Ángel Revilla, Presidente de Cantabria, y José María Mazón, diputado electo por el PRC, han cumplido con su palabra. El pacto entre Sánchez y los separatistas catalanes es inasumible y Mazón votará «no» a la investidura del enloquecido chuleta. En el aire queda el cumplimiento de la palabra de Ana Oramas, de Coalición Canaria. Se dice que Sánchez le ha prometido a cambio de su voto la construcción de una autopista sobre el Atlántico, libre de peaje, que una la península y la isla de Tenerife con un ramal a Las Palmas de Gran Canaria. Y a esa deslumbrante oferta ha añadido el compromiso del Gobierno de redondear la altura del Teide. La cumbre de la península es la del Mulhacén, con 3.479 metros de altura. Pero la cumbre de España es la del Teide, con sus 3.718 metros. Ésa montaña mágica y altanera que surge del corazón de la isla de Tenerife. Sánchez se ha comprometido a lograr que el Teide alcance los 3.800 metros en los próximos meses, siguiendo las pautas de la novela y su versión cinematográfica «Los hombres que subieron a una colina y bajaron de una montaña». Ana Oramas es una mujer, creo, con palabra, y superados los iniciales coqueteos con el golpe de Estado contra la unidad de España, declaró que no podría votar a Sánchez por su pacto con los separatistas, los estalinistas y los herederos de la ETA. Y hay un tercer voto fundamental, el del arquitecto turolense Tomás Guitarte, que consiguió por Teruel un meritorio escaño por una agrupación ciudadana, según él libre de ataduras ideológicas, denominada Teruel Existe. Ha anunciado Guitarte que votará a favor de Sánchez. Es decir, que en las próximas elecciones, Teruel dejará de existir de nuevo aunque haya existido siempre. Llevo a Teruel en mi corazón por lo mucho que entró y se mantuvo en vida en el corazón de Antonio Mingote, que siempre hablaba de Teruel y lo recordaba obsesivamente. Esa sumisión a Sánchez de Guitarte puede terminar con el proyecto de Teruel Existe en una sola –y no duradera– Legislatura.

El sueño de Miguel Ángel Revilla es el AVE a Cantabria. Fue engañado por el Gobierno de Zapatero. José Blanco le prometió el AVE, pero Santander siguió sometida a la antigüedad ferroviaria. «España está por encima del AVE a Santander», y eso ennoblece una gestión política. La gran obra pública, proyectada e iniciada por el Partido Popular de Cantabria y culminada durante la presidencia de Revilla con el apoyo del PSOE, ha sido la autovía de Reinosa a Torrelavega, con sus cinco túneles de Lantueno, Somaconcha, el Pedredo, Gedo, y Riocorvo, que ha salvado vidas y desgracias sustituyendo al terrible tramo de las Hoces de Bárcena.

En pocos kilómetros, se desciende de los 1.000 metros al lecho de Torrelavega, con apenas 15 metros de altitud. Ése tramo, en vía férrea, resulta costosísimo, y Revilla lo sabe, pero en el futuro se construirá. Suficiente, por ahora, que alcance Reinosa, y rebaje en más de una hora el trayecto Madrid-Santander. Su «no» a Sánchez retrasa la obra, pero su «sí» a Sánchez la retrasaría igualmente, porque Sánchez es aún más mentiroso, falso y desleal que Zapatero, que ya le engañó en su momento. Brindo por la lealtad a España de Revilla, que ha ganado para Cantabria mucho más que un tren. Ha ganado su dignidad.

No obstante, la aritmética baila, y los más nerviosos están en la banda de Sánchez. Como era de esperar, los llamados barones se han sometido al timonel. Pero son los diputados, y no los barones, los que votan en la investidura, y podría repetirse un «tamayazo», como el que privó al negociador Simancas de ser presidente de la Comunidad de Madrid como consecuencia de su humillante pacto con los comunistas. En estas fechas navideñas – como decía Tip, «fechas muy señaladas»–, los empachos y las gastroenteritis están a la orden del día. Unos mariscos ingeridos en mal estado pueden privar de su presencia en el Congreso a unos pocos diputados, y ello conllevaría el desastre para el Golpe de Estado que ha diseñado Sánchez con ERC obviando la Constitución Española. Un pacto anticonstitucional por el que los españoles dejamos de ser los dueños de nuestra soberanía.

No espero una rectificación de Guitarte, al que tanto le ha costado colocar a Teruel en el mapa de las influencias, para que Teruel se borre de ese mapa –que no del mapa de España–, en próximas convocatorias electorales. Sí espero, con reservas, que Coalición Canaria cumpla con las palabras de sus dirigentes. Resultaría bochornoso que Sánchez obtuviese la presidencia del Gobierno con los votos de los herederos de la ETA, votos etarras, asesinos de una quincena de nobles y valientes políticos del PSOE. En pocos días se mueven muchas bacterias y microbios en torno al futuro de España. Y alguna que otra gastroenteritis puede salvar a nuestra maravillosa Patria, el primer Estado de Europa.