Opinión
Enemigo de sus amigos
Qué equivocado está el bueno de Pablo Iglesias, el chepas, si piensa que es amigo de Sánchez, a quien le ha faltado tiempo para utilizar «su» tele como elemento de publicidad personal en esa entrevista del pasado lunes donde con cara de cemento ha ido desgranando sus mentiras. Mis amigotas dicen que lleva bótox por un tubo, pero yo sostengo que es la cara dura la que permite que su frente y su rostro aparezcan sin ningún tipo de pliegue, surco o pata de gallo.
Sánchez es el peor enemigo de sus amigos porque los utiliza cuando le conviene
Sánchez es el peor enemigo de sus amigos porque los utiliza cuando le conviene, como ha hecho para ser investido, y cuando no, los deja caer sin escrúpulos desdiciéndose como es habitual en él de todo lo que les ha dicho o prometido anteriormente. Lo iremos viendo y lo iremos también disfrutando como espectáculo bufo que es toda esta farsa de legislatura de principio a fin.
El chepas es stalinista, seguidor de un líder que fue uno de los tiranos más crueles que se recuerdan y muy probablemente quiere establecer en España un sistema de purgas, como el ruso, para limpiar cualquier resto o atisbo de ideas contrarias al socialismo que pueda haber en todos y cada uno de los estamentos.
De esta manera y basándose en su ideología de ultraizquierda defiende a Maduro, quien en Venezuela desarrolla la cultura de las torturas más sofisticadas y las persecuciones más crueles que nos podamos imaginar. Debe ser por el dinero que saca de sus asesorías al gobierno al igual que con Irán, país donde a las mujeres se las lapida y a los homosexuales se les ahorca. Esos son los principios que defiende el duque de Galapagar y su partido, votado mayoritariamente y de forma paradójica por mujeres y gays.
Ahora entiendo que se hablara de la mucha vaselina que íbamos a necesitar con este gobierno
Pero volvamos al del bótox, quien se resiste a recibir a Juan Guaidó, presidente interino de Venezuela, que, en cambio, sí ha visitado a Boris Johnson esta misma semana, y fue respaldado por la totalidad europea en la cumbre de Davos, donde el presidente español se trasladó en su muy amado Falcon para fotografiarse con Greta Thunberg, aunque ésta hubiera preferido el tren, que contamina menos. Pero, en fin, dejémonos de estas pequeñeces y vayamos a lo gordo porque Beatriz Gimeno, la nueva directora del instituto de la mujer, promueve no solo el sexo violento entre mujeres, sino que considera obligatoria la penetración anal de los hombres.
Me pregunto si Pablo Iglesias ha probado ya la delicada medicina y, más aún, el presidente del gobierno, a quien le correspondería el honor primero que a nadie. Ahora entiendo el que alguien hablara en su momento de la mucha vaselina que íbamos a necesitar con este gobierno y la gloriosa frase de Felipe VI cuando después de la jura/promesa de Sánchez como presidente aseguró que lo doloroso viene después.
Por lo demás, sin novedad, con Trump plantando un billón de árboles en su país para limpiar el aire estadounidense, el «pin parental» avivando las tensiones entre PP y Vox (¡no hay derecho a que estos burros no se pongan de acuerdo para arrancar de cuajo esta cortina de humo y mejorar la situación!) y Rosa María Mateo, a quien un día aprecié, poniendo su cargo a disposición por las tensiones y la inestabilidad que en estos momentos existen en el Ente Público. Y yo, por mi parte, encantada con la justicia que aplastó como a una cucaracha y de forma definitiva a quien me amargó durante ocho largos años queriendo lesionar mi honorabilidad. Benditos sean los jueces que, a veces, ponen, como el tiempo, a cada cual en su sitio.
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