Opinión

Esperanza

Quién nos iba a decir, a todos los que alguna vez dijimos: «Ojalá el día tuviera 3 horas más», «deseo que se pare el mundo», «necesito tiempo para dedicar a mis hijos», «lo que daría por estar más tiempo en casa», «quiero poder leer…¡Disponer de mi tiempo!», que se nos concedería con rotundidad. Yo misma, precisamente esa segunda semana de marzo, repleta de actos y compromisos, desee poder estar con mis hijos y no en un tren o un avión.

Fue también sorprendente que este infinito toque de queda se vislumbrase casualmente un 11 de marzo en el que el mundo se detuvo de nuevo, esta vez no por terrorismo, sino, como ya vaticinó Bill Gates, por una forma capaz de controlar el planeta y las voluntades: «un virus muy infeccioso capaz de matar más que una guerra». Como él mismo dijo hace cinco años, no estamos preparados para erradicar una epidemia. Según él, con el ébola tuvimos mucha suerte porque no se propagaba por el aire, supieron erradicarlo los servicios sanitarios y no llegó a zonas urbanas. Pero alertó de una posible pandemia contagiada por personas que no tuvieran síntomas. Casualmente un gran porcentaje de los contagiados por Coronavirus son asintomáticos.

Pero como siempre me quedo con la parte positiva, aprovechemos el tiempo para reflexionar, leer, aprender, crecer, autoconocernos, disfrutar en familia, meditar, crear, rezar… sanar. Es tiempo de valorar a nuestros abuelos, la ciencia, la medicina y todo lo que es francamente vital. Cobra sentido el compromiso social, la humanidad, la generosidad. Este revulsivo para el mundo entero tiene que hacernos más fuertes, más unidos. Tiene que motivarnos a ser mejores, juntos, a que se acaben los enfrentamientos y desaparezcan las fronteras. Esta crisis sanitaria hace volar por los aires los frágiles cimientos de los radicalismos (racismos, nacionalismos…) ya que nos obliga a actuar como un solo mundo globalizado.

Toca vivir con restricciones, modificar costumbres, prescindir de lo que nunca habíamos pensado tener que prescindir, pero, por ello mismo, saldremos fortalecidos como sociedad universal.