Gobierno
“Un Estado de Alarma mutante”
Hemos de abandonar la crítica y sumirnos en el adoctrinamiento de la verdad revelada, porque el arresto domiciliario es lo que el Papá Estado ha considerado que era mejor y ahora tenemos que estar agradecidos porque nos lo levanten
El concepto constitucional no deja de ser extraño. El presidente del Gobierno quiere mantener durante varias semanas un Estado de Alarma mutante, amparado en la Ciencia, que es un concepto curioso que se ha introducido en el lenguaje político, que sirve para todo a pesar de la incapacidad que mostró a la hora de alertar en tiempo y forma de la pandemia que ha asolado España. Hay que reconocer que los nombres no pueden ser más pomposos. En primer lugar, tenemos que el día 4 comienza la primera de las cuatro fases del «Plan para la transición a la normalidad» en la que solo nos podremos mover dentro de la provincia en la que vivimos. No es difícil comprobar que estamos mucho peor que la mayor parte de la UE. El porqué es un arcano, dicho irónicamente, que quizá las generaciones futuras consigan aclarar. Lo hemos hecho todo tan bien, contamos con la Ciencia más clarividente y el ministro de Sanidad es un fenómeno en cuestiones de salud pública y en la gestión de crisis sanitarias que nadie es capaz de aclarar esa pequeña diferencia con el resto de las naciones del ámbito comunitario.
Hemos de abandonar la crítica y sumirnos en el adoctrinamiento de la verdad revelada, porque el arresto domiciliario es lo que el Papá Estado ha considerado que era mejor y ahora tenemos que estar agradecidos porque nos lo levanten. Como no tenemos capacidad de discernir qué es o no bueno y qué podemos o no hacer, la Ciencia controlada por el Gobierno y formada por funcionarios que no viven en pisos pequeños sin terraza o jardín, como gran parte de los españoles, nos ira marcando el recto camino por donde tiene que transitar nuestras vidas. En ese momento seremos todavía más conscientes, si no lo somos, de la destrucción de la economía cuya intensidad y tiempo de recuperación dependerá de la ayuda de la UE. Y nos tendremos que preguntar por qué somos los que necesitaremos unas ayudas más cuantiosas. Hemos sido buenos y Sánchez expresó su satisfacción por ese obligado comportamiento ejemplar, porque por algo estaban los controles policiales, los «pases» para circular, la «policía» de las ventanas, los cierres de empresas y los terribles ERTES, una nueva palabra que me recuerda la prima de riesgo que pasó a formar parte de nuestro lenguaje en la anterior crisis.
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