Opinión

Mantener el ánimo

Hasta los más optimistas estamos pasando duros momentos en los que cuesta mantener el ánimo. Las pocas expectativas de recuperación gracias a medidas que solucionen las graves consecuencias de la crisis sanitaria, van minando hasta los espíritus más resilientes. Siempre pienso que tiene que haber un «para qué» a todo lo que ocurre. Y mi esperanza siempre es la misma: lo mejor está por venir. Creo que lo primero es aceptar la nueva situación y retomar las riendas de nuestra vida. Y si lo hacemos con una actitud positiva y optimista tenemos mucho ganado. Se trata de transformar los sentimientos negativos en fuerza, valor y coraje como una decisión consciente, con determinación y mucha paciencia. Detectar las señales de alarma que nos llevarán al desánimo es primordial. Pero además de poner de nuestra parte, estaría fenomenal que quienes toman las decisiones remaran en la misma dirección y por el bien de todos. Tantos días en confinamiento están pasando factura a todos los niveles. En San Isidro echamos de menos nuestra pradera llena de chulapas con sus preciosos mantones de Manila bordados con mil colores, a mis hijos vestidos de chulapos… a Mari Pepa de Chamberí cantando en la Plaza Mayor… esas sonrisas que tanto escasean y las pocas que se vislumbran, con mascarilla de por medio, no terminan de transmitirnos la esperanza de saber que esto también pasará.

El pasado viernes, Día Internacional de la Familia, empezó la recogida de firmas en Change.org denunciando: «Este NO es país para madres ni para familias, que no hemos sido prioridad nunca y ahora en esta crisis menos. Se nos carga con la responsabilidad sin ofrecernos ninguna solución y al final acabaremos renunciando y las que renunciamos siempre somos nosotras. Los abuelos y las abuelas, los colegios y las escuelas infantiles ahora no pueden cargar con el peso de la conciliación inexistente en este país… esto NO es conciliar. Esto es renunciar».

Mantengamos el ánimo para evitar que esta desmoralizante salida, renunciar, sea a la que nos veamos todos abocados.