Opinión

Sánchez juega al euromillón

Pedro Sánchez, el predicador sabatino que ayer descansó, aspira al bote en el Euromillón del sorteo de la Cumbre Europea del próximo día 19, que los líderes europeos pretenden que sea presencial –es más fácil negociar– pero que por eso podría retrasarse. El inquilino de la Moncloa sueña con anunciar que ha obtenido el bote de 140.000 millones de euros que le corresponderían a España de los 750.000 millones del Fondo de Recuperación Europeo que impulsa y defiende Ángela Merkel. La lotería es toda una tradición en España, con la apoteosis del sorteo de Navidad y que, sobre todo, genera ilusión y expectativas. Jugar, sin embargo, no es sinónimo de ganar y, por eso, a veces una pedrea satisface a los más realistas.

España, en el Euromillón del Fondo de Recuperación obtendrá más que una pedrea, pero no el premio gordo. Hay países que no son muy partidarios de la idea. Son los llamados «frugales», Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca, a los que se suman aliados como la Hungría del cada vez más autoritario Orban, y todos los votos cuentan. Por otra parte, los 140.000 millones –77.300 en transferencias, a fondo perdido, y los 63.122 en créditos– solo estarían disponibles a partir de 2021. Además, España debería contribuir a ese Fondo, con una cantidad estimada en 40.000 millones, lo que reduce la cifra inicial a unos 100.000 millones netos y encoge más un bote que, en el caso de los 77.300 millones de ayudas directas, se percibirían a razón de 20.000 millones anuales a lo largo de cuatro años. Todo sin contar con la probable reducción de los premios que exigirán los países «frugales» para aprobar el Fondo, que se aprobará. Será un avance histórico para la Unión Europea, pero acarreará compromisos –ajustes para unos, recortes para otros– y no será un bálsamo de Fierabrás que sane los problemas económicos de una España en la que Sánchez e Iglesias presumen de un Ingreso Mínimo Vital, que tiene un objetivo último más político que social y económico.

Sánchez, sin renunciar al Euromillón –no son incompatibles– también podría acudir a la ventanilla del MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad), en donde recibiría ya unos 24.000 millones con la única condición de que se usen en asuntos derivados de la pandemia. Es dinero seguro y rápido. Serviría para atender urgencias, pero Sánchez lo rechaza porque llegaría con el apellido «rescate» y cree que le estigmatiza y que le restaría votos.