Opinión

¿Se asoma un Nuevo Gran Cambio?

A comienzos del siglo XXI, bajo la dirección de Santiago Muñoz Machado, un conjunto de intelectuales se agrupó en la obra «Los grandes procesos de la Historia de España», que se vincula con realidades insertas en cambios notables dentro de la vida española, tanto en aspectos políticos como en los culturales, e incluso en los religiosos y no digamos en los económicos. A través de esta obra se observa con claridad lo sucedido a lo largo del siglo XX y fundamentalmente todo lo ocurrido una vez superado el caos debido al Sexenio Revolucionario 1868-1874, pero también, como sucedió con el caso Matesa, lo relacionado con el cambio radical originado por la apertura al exterior a casa del Plan de Estabilización de 1959. Los cambios económicos y políticos profundos perduran actualmente, debido a ser fruto de alteraciones radicales muchas veces surgidas en el terreno de la economía. Recientemente, Jordi Benítez me solicitó para la revista Capital, que procurase exponer, a fin de comprender la evolución de la economía española, un artículo titulado «Cambios económicos en el siglo XXI». Lo escribí en 2019 y, recientemente, se ha publicado en esta revista, pero he aquí que, desde entonces, han hecho aparición en el contexto de nuestra economía, seis realidades que originan nuevos cambios muy importantes.

En primer lugar, sobre la economía española se ha desplomado la pandemia del Covid-19. Con ello quedó alterada radicalmente la demografía española, y de ahí se van a derivar alteraciones forzosas vinculadas, ya con la población activa, ya con lo que significa, en el gasto público, la cuestión de las pensiones. En segundo lugar, desde el 13 de enero de 2020, Pablo Iglesias se incorporó como vicepresidente, con otros miembros de su partido como ministros y otros cargos notables, al Gobierno, con planteamientos especialmente perturbadores para el desarrollo de nuestra economía. Por lo tanto, el previo Gobierno Sánchez, se ha convertido en el Gobierno Sánchez-Iglesias. Este ha sido un cambio radical y podríamos calificarlo como el segundo; mas, en tercer lugar, en España, a partir de 1959 con el Plan de Estabilización, se habían logrado avances considerables dentro del que puede denominarse Proceso Globalizador de la economía mundial. Gracias a aportaciones de ese gran economista que es Jaime Requeijo, hemos podido contemplar el cambio sucedido recientemente y, a continuación, el impacto de una creciente desglobalización, tanto a través de Requeijo, como en lo recientemente expuesto en el número monográfico «El Sector Exterior de la Economía española», aparecido en Economistas, febrero de 2020.

A estos tres cambios profundos en la economía española se añade el cuarto. La espléndida labor que hace como Gobernador del Banco de España Hernández de Cos, evidencia que en estos momentos, toda una serie de causas muy importantes actúan sobre nuestra economía, y se exhiben en el Informe de Estabilidad Financiera, editado por el Banco de España, y en su intervención en la Comisión de Asuntos Económicos y Transformación Digital del Congreso de los Diputados, que está publicada íntegramente en su Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados. Comisiones ,18 de mayo de 2020. Y en el panorama internacional, vemos que el Gobierno actual español ha de reaccionar por las alteraciones notables que afectan al sector exterior, y desde luego un aspecto concreto, y casi diríamos que alarmante, es el de la huida de inversiones internacionales en la economía española: quinto cambio. Recordemos que precisamente esta llegada de inversiones internacionales fue uno de los motivos que dio impulso ascendente a nuestra economía hasta fechas recientes. El nuevo gobierno Sánchez-Iglesias parece que pretende señalar en su política económica lo que podría sintetizarse como la imitación de dos serias crisis económicas existentes en la historia de los gobiernos socialistas en la etapa de la Transición. El primero fue que Felipe González diera lugar a que su sucesor, Aznar, señalase en sus Memorias I (2017), que lo que tuvo que plantear, para sacar adelante a la economía española fue, tras la realidad creada por el PSOE, pasar «de una cultura del gasto, del endeudamiento y de la volatilidad», a crear una cultura del control presupuestario, el rigor y la estabilidad. En estos momentos, como consecuencia además de nuestra situación en el área del euro, no tenemos más remedio que alterar el conjunto de nuestros gastos e ingresos públicos. Y hacerlo profundamente. Pero precisamente huye el Gobierno de acercarse siquiera a este sexto cambio que amanece. Al no hacerlo, puede que, en el futuro, refiriéndose a su sucesor, se diga aquello que los economistas norteamericanos recientemente dicen: «¡Menos mal que la política de Hoover fue radicalmente alterada por Roosevelt!», al no aceptar los cambios necesarios para superar la Gran Depresión. Esperemos algún paralelo en España, si se quiere superar el Gran Cambio que, a través de las seis realidades expuestas, alteran negativamente nuestra economía. No existe otra salida.

Y ante el riesgo enorme que en estos momentos nos amenaza, y por ello, a valores importantes de la vida española, es necesario reaccionar. Y en ese sentido es preciso indicar algo que se debe tener en cuenta para provocar un necesario Nuevo Cambio. Recientemente en el trabajo Covid-19, España-20, el Círculo Cívico de Opinión, en abril de 2020, ha señalado que se puede, y debe, contar con la sociedad española, porque ésta «sí ha estado a la altura de las circustancias; la ciudadanía de la España democrática sí ha respondido. Si la crisis es un test de responsabilidad individual y de solidaridad (con esa dimensión superior que es la generosidad), la nota alcanzada es superior». Y añade que lo grave es el divorcio entre las aspiraciones de la ciudadanía y la actitud de los representantes políticos (que actualmente gobiernan). Realmente, es más que flagrante.