Opinión
«In BCE we trust», último recurso
La pandemia ha tenido muchos héroes, la mayoría anónimos, en España y en todas partes. Los más aclamados y los que han estado en primera línea de fuego han sido los sanitarios, con abundantes bajas en España, mucho más numerosas que en otros lugares, algo para lo que habrá que buscar una explicación y arreglar lo que haya que arreglar. El mito de que la sanidad pública española era la mejor del mundo ha sido destrozado por la Covid-19. Es buena, pero puede mejorar mucho en todo el país, porque, más allá de lo que la pelea política pretende exacerbar, la calidad de la sanidad española es bastante similar en todas las Comunidades Autónomas, con las mismas virtudes y los mismos defectos y carencias. Hay que olvidar la autocomplacencia y trabajar para que sea de verdad de las mejores, sin carencias humanas, materiales ni organizativas.
El otro gran héroe de la pandemia para España y los españoles, aunque haya pasado inadvertido para la gran mayoría, es el Banco Central Europeo (BCE), que preside la francesa Christine Lagarde y cuyo vicepresidente es el español Luis de Guindos que, por protocolo de seguridad, no pueden coincidir en la misma habitación mientras dure la crisis sanitaria. Una forma de garantizar el funcionamiento de la institución. El BCE, para paliar la crisis económica, ha facilitado todo dinero necesario a las economías de los países del euro. España, entre enero y mayo, ha pedido prestados en los mercados, a un tipo de interés irrisorio, 151.769 millones de euros, cuando en todo 2019 pidió 190.000 millones. Al final de 2020, la cifra superará los 300.000 millones, la mitad netos, es decir, deuda nueva, que aumentará la existente. Todo es posible gracias al BCE, que es el gran prestamista de España, Italia, Francia y otros países y que, además, consigue que la deuda española también se venda a otros inversores a precios mínimos. Muchos no querrán admitirlo, pero el BCE, en última instancia, es quien obra el milagro de que España pueda pagar ahora las pensiones, el salario de los funcionarios, los ERTE y el material sanitario necesario para encarar la pandemia. Por eso es el otro gran héroe ante la Covid-19. Los billetes de dólar incluyen la leyenda «In God we trust» –en Dios confiamos–, quizá como garantía última de su valor. Los billetes de euro son más sobrios, pero españoles y europeos deben asumir que «in BCE we trust», es decir, «en el BCE confiamos», le pese a quien le pese.
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