Opinión

Sin miedo

Parece que nos quieren con miedo.Nada hay más limitante y debilitador que el miedo. Seguro que habéis oído hablar de «mindfulness». Entra dentro de las corrientes de salud mental y en realidad es sencillo se trata de tener la mente presente a la vez que tenemos nuestro cuerpo en el ahora.

¿Cuántas veces nos descubrimos pensando en el virus, los contagios y otro posible confinamiento? Esa angustia, miedo y preocupación debilitan nuestro sistema inmunológico.

El trabajo de estar alerta ha de ser consciente. Además de controlar el malestar y mantener a raya el estrés, la atención plena nos protege de enfermedades mentales. ¿Cómo? Pues porque con ese trabajo voluntario estamos creando cambios en nuestro cerebro.

Un estudio de la Universidad de Oregón confirmó que, al practicar mindfulness, se crea un crecimiento del tejido graso que protege nuestro cerebro de enfermedades mentales y aumentan las conexiones neuronales. Esto es lo que llamamos neuroplasticidad neuronal, que consigue que personas que han sufrido por ejemplo un ictus consigan recuperarse.

Esta práctica tan valorada sobre todo en trabajos de máxima tensión y presión psicológica ha conseguido beneficios incluso en trastornos como el obsesivo-compulsivo porque ayuda a que se creen nuevas redes neuronales. Es una realidad que se logra mejorar esos desequilibrios tan habituales como puede ser el sueño.

Pero hay otros muchos beneficios que lo hacen merecedor de ser recomendado y que están relacionados con nuestra inteligencia: el aumento de la creatividad, la capacidad de ver más soluciones ante nuevas encrucijadas, sientes mayor libertad porque tienes mayor capacidad de elección. La atención plena mejora también el estado anímico, la concentración, la memoria… Del mismo modo en que entrenamos nuestro cuerpo, los ejercicios para conseguir la atención plena y alejar los miedos empoderan la mente.

Dejemos de permitir que el miedo nos dirija y someta. Atendamos a esos cuidados que forman ya parte de nuestra vida como las mascarillas, los geles desinfectantes, el lavado de manos y la distancia interpersonal, pero sigamos viviendo felices en el momento presente e incluso agradeciendo que estamos vivos.