Opinión
El meteorito
Debe ser que, o somos gilipollas, o no nos han mostrado lo suficiente el sufrimiento de los enfermos, o es que, sencillamente, no tenemos remedio y tiene que venir ya ese meteorito que nos haga desaparecer. La Policía Foral de Navarra está investigando la convocatoria, a través de redes sociales, de un partido de fútbol entre contagiados de coronavirus asintomáticos contra no contagiados. La cita es mañana lunes, a las ocho de la tarde, en el barrio de Mendillori en Pamplona. Hay que ser imbéciles, por no llamarles otra cosa y faltar a sus madres. Lo lamentable es que no es la única quedada que se hace con la intención de dar un poquito de gracia a algunas vidas de mierda. No es la única convocatoria que se realiza para encontrarse entre varios idiotas profundos y jugar a esquivar al virus, entre jóvenes que se creen invencibles, inmunes, o a salvo de la muerte, y a los que les importa un carajo transmitirlo a otras personas cercanas. A todos estos indeseables les mandaba yo a arrastrar camillas en los hospitales para que pudieran dar rienda suelta a sus ganas de aventura. A todos esos, sí, y también a todos esos quejicas a los que supone un esfuerzo insoportable llevar una mascarilla. Por cierto, algunos de ellos estuvieron enfermos y ni por esas han aprendido. A los que tiran al suelo los tapabocas, a los que les parece que, cualquier opción de un nuevo confinamiento, no pasa por su responsabilidad. A los que se abrazan con descaro en un bar pensando, quizá, que a los demás no nos debe apetecer tener contacto físico con nadie, ni siquiera con nuestra propia madre. A todos aquellos que creen que el resto de los que nos cuidamos no sabemos disfrutar de la vida. Quizá deberían habernos mostrado en toda su crudeza los efectos de la enfermedad, quizá les convenía políticamente o lo hacían por nosotros. Flaco favor. No hemos aprendido. A ver si hay suerte y con el golpe del meteorito se arreglan las cabezas.
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