Opinión

Viva España con honra

En 1858 se inició la denominada Guerra de África y en toda España se desató una intensa fiebre patriótica, pero fue en Cataluña donde se vivieron las escenas españolistas más desbordantes. Artículos en todos los periódicos, incluidos los primeros escritos en catalán, libros explicando gestas de los voluntarios catalanes, canciones, poemas piezas teatrales, operas, zarzuelas; todo estaba al servicio de la guerra. El General Prim y sus voluntarios catalanes se transformaron en los héroes de toda España. Prim, el hombre providencial nacido en Reus, voluntario de un cuerpo franco desde joven, diputado en Madrid en 1841, capitán general en Puerto Rico y en Granada, héroe de Castillejos y Tetuán con sus voluntarios catalanes (inmortalizado por el pintor Mariano Fortuny, con sus catalanes, ceñidos con las barretinas y la bandera de España), obtuvo el marquesado de Castillejos por su campaña en tierras africanas. Intervino en los asuntos de México en 1862 y dos años más tarde se puso al frente del Partido Progresista, obteniendo a continuación la dirección del gobierno. Apostó por Amadeo de Saboya en la Restauración Monárquica, pero desgraciadamente por su amor y defensa de los intereses de Cataluña y de España fue asesinado en la calle del Turco de Madrid. El patriota liberal por excelencia, el catalán hispanista, el héroe de Castillejos, es sin duda uno de los ejemplos más claros de lo que ha representado la catalanidad hispánica. Prim es la excelencia hispana, un personaje que defendió y explicó la España plural o patriotismo dual. El 27 de noviembre de 1851, pronunció un memorable y demoledor discurso en el Congreso de los Diputados, en el que su gallardía y su catalanidad se pusieron de manifiesto para dejar en evidencia a los separadores centralistas que negaban la realidad catalana: «Los catalanes son o no son españoles?, ¿son nuestros colonos o nuestros esclavos? Sepamos lo que son. Dad el lenitivo o la muerte, pero que cese la agonía… ¿Son los catalanes españoles? Pues devolvedles las garantías que les habéis arrebatado, garantías que son suyas, que tienen derecho a usar de ellas porque las han conquistado con su sangre; igualadlos a los demás españoles». Patriotismo dual, catalanidad como sinónimo de hispanidad. La segunda proclama del General Prim tuvo lugar en Cádiz el día 19 de septiembre de 1868, donde encabezó una proclama, que terminó con el famoso grito de «Viva España con honra»: «Españoles: acudid todos a las armas, único medio de economizar la efusión de sangre (…), no con el impulso del encono, siempre funesto, no con la furia de la ira, sino con la solemne y poderosa serenidad con que la justicia empuña su espada. ¡Viva España con honra!». 150 años después, el nacionalismo y el populismo parecen cabalgar desbocados en la vieja piel de toro, se acelera el desprestigio de las instituciones emanadas del pacto constitucional de 1978 y la monarquía vive el asedio del odio cainita envuelto en un falso republicanismo, y nada quedan de aquellas arengas patrióticas, que Prim proclamaba. Deberemos volver a ser algunos catalanes, quienes proclamemos de nuevo, «Viva España con honra». Vienen elecciones en el viejo principado, atentos a las pantallas.