Opinión

La posverdad en política

La posverdad se basa en una confianza, en afirmaciones que se sienten verdad pero no se apoyan en la realidad; en esta línea, tras el triunfo del Brexit en Gran Bretaña el Diccionario de Oxford la eligió como la palabra del año. El concepto identifica a toda información o afirmación en la que los datos objetivos tienen menos importancia para el público que las opiniones y emociones que suscita, y es que en este momento las emociones y afirmaciones que se sienten verdad y que no se apoyan en la realidad priman sobre lo objetivo y la realidad.

Al ser humano siempre le ha gustado escuchar buenas historias, y por eso en la época de la trasmisión oral, los prescriptores de la época introducían versiones que generaban más interés para el oyente, y así mantener su atención y hacer de una historia, aunque no fuera real, algo que se pudiera trasmitir de generación en generación. Los políticos populistas manejan esta actividad con notable éxito, y están asaltando al modelo liberal basado en la racionalidad; Tony Blair lo ha definido con acierto de este modo «para ellos y sus seguidores, la razón y los hechos son una irritación, la evidencia una distracción y el impacto emocional de lo que dicen y prometen es lo único que importa». Los líderes populistas esgrimen su discurso como la propuesta más justa a los problemas de la sociedad actual, así como la única, y, por si fuera poco, arguyen que son los únicos que cuentan y afrontan la realidad, cuando lo que están haciendo es precisamente lo contrario.

Pero estos líderes, de los que en España tenemos algunos sentados en el mismo gobierno, comenten un error, subestimar la inteligencia y el poder de la gente, especialmente porque solo creen en lo colectivo y no en lo individual, no creen en el individuo ni en su libertad, y al final, la verdad de verdad se impone y son desvelados en sus artimañas e intentos de manipulación. Como decía Nietzsche «El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo». Caminan contra la naturaleza del ser humano, y esto, se les vuelve en contra.