Reino Unido

“¿La pérfida Albión?”

Ha sido un grave error no mantener un mando único, aunque el peso recaiga en las comunidades

No creo que el victimismo sea la mejor salida. La realidad es que el turismo ha sufrido la última puntilla con la cuarentena que ha impuesto el Reino Unido a los viajeros que provengan de España. No olvidemos la recomendación francesa de no viajar a Cataluña y los diez días que ha impuesto Noruega. El objetivo prioritario de salvar parte de la campaña salta por los aires y provoca un daño enorme al sector. La situación estaba mal, pero ha evolucionado a peor. No confío mucho en la capacidad de interlocución de González Laya, aunque su sumisión frente a Gibraltar puede ser un aval ante Londres.

Ahora que ha humillado a España mostrando que el gobierno social-comunista considera que la última colonia en tierras europeas es un anacronismo, podría permitir que la «república de los abogados» se anexione una parte de Cádiz. Si Trump quería Groenlandia, Picardo y su jefe, James Levy, pueden ampliar el territorio del Peñón a cambio de que se levante la cuarentena. Al margen de esta ironía, es lamentable que la ministra no esté a la altura de las circunstancias y su equipo no haya sido capaz de gestionar con eficacia esta parte fundamental de la desescalada.

Sánchez debería aprovechar la oportunidad y reducir el gabinete, algo bastante sensato, y devolverla a las instituciones internacionales donde seguro que brillará con todo su esplendor. No puedo esconder la admiración y respeto que siento por Gran Bretaña, una de las grandes naciones de la Historia, y me entristeció el éxito del Brexit, aunque estaba convencido que se produciría. Lo dije en varios programas antes que sucediera.

A pesar de todo, no es la «pérfida Albión», como se la denominaba despectivamente desde el siglo XVII, sino un país apasionante y un socio muy importante. El genial Galdós pone en boca de uno de sus personajes: «que es la Inglaterra, esa puerca, ya lo sabe usted, a quien dan el mote de la pérfida Albión». Es una gran injusticia al igual que sucede con nuestra Leyenda Negra. No hay duda de que algo se ha hecho mal cuando ante los brotes de la pandemia, algo previsible en estas circunstancias, hay una reacción tan dura e injusta.

Me temo, espero equivocarme, que sea el prólogo de actuaciones similares que causen un importante perjuicio económico y social. Esto demuestra que ha sido un grave error no mantener un mando único, aunque el peso recaiga en las comunidades.