Enmascarillados

Ciertamente está siendo un verano muy diferente. La nueva normalidad no termina de conseguir que seamos capaces de hacer frente a las terribles consecuencias, emocionales y económicas, de la crisis sanitaria. El sentirnos enmascarillados, en el más amplio sentido de la palabra, tampoco ayuda. Especialmente cuando nos creímos dirigidos por un grupo de 12 expertos, revelado inexistente, para preparar «el plan de desescalada» y otras mentiras que minan nuestra esperanza, esa herramienta tan necesaria como vital, especialmente, ante noticias como que España encabeza el desplome del PIB, o que lideramos tanto la tasa de paro de la UE (por encima de Grecia) como el número de nuevos infectados de Europa. Hay opiniones para todos los gustos, pero guiarnos por el sentido común y el estricto cuidado y responsabilidad individual, tendría que ser más que suficiente para no tener que repetir siquiera un atisbo de lo que tristemente vivimos. A quienes tenemos hijos nos preocupa también que exista un plan estudiado y fiable para una vuelta al cole segura y tranquilizadora.

Laura Baena del «Club Malasmadres» sigue reivindicando, en nombre de todas las madres trabajadoras, un plan urgente de medidas de conciliación. Tiene claro que: «Lo que nos puede son las incoherencias y la falta de voluntad política en trabajar por una vuelta al colegio segura, presencial y garantista. (…) No dejen la pelota en los centros educativos. Porque ese protocolo oficial no se puede cumplir sin el apoyo de instituciones y un presupuesto destinado a mejorar espacios, aumentar profesorado y bajar ratios, como decía el 4 de mayo la ministra Celaá».

Es un hecho que de nuevo hayan sido las mujeres quienes tuvieran que renunciar o desatender su faceta laboral para atender a los hijos desde que comenzó la pandemia. Los padres también, pero generalmente, en menor medida. Un porcentaje representativo de madres afirma que ha tenido que reducir su jornada o incluso que han tenido que coger una excedencia para cuidar de sus vástagos. Ante tanta incertidumbre y descontrol, lo de tener que ir enmascarillados es lo de menos.