Opinión
Stop the count
Estados Unidos por la bandera, aunque más desunidos que nunca por las ideas, está a punto de asistir a un cambio de ciclo. La ajustada victoria del casi octogenario Joe Biden frente a Donald Trump quizá ya se haya confirmado oficialmente cuando leas estas líneas. De todos modos, no esperemos una transición fácil para Biden: la pugna por La Casa Blanca continuará unos días más, condicionada por el resultado del voto por correo, que se presume mayoritariamente demócrata y, en el otro extremo, por el mensaje desesperado “stop the count” -parad este recuento de votos fraudulento, porque no me beneficia- que ha gritado y viralizado Trump en las redes sociales.
¿Qué efectos tiene esta crispación política en la calle? Tanta incertidumbre alimenta protestas, se repiten los disturbios y los saqueos. Las calles de las principales ciudades estadounidenses están irreconocibles: destilan miedo estos días. Sus comerciantes han decidido que los violentos no van a destrozarles más los escaparates, así que los han blindado y los han cerrado, a la espera de que mejore el panorama. Los periodistas hemos tenido la oportunidad de comprobarlo. Una ciudadanía escéptica observa, preocupada, los últimos acontecimientos.
Una peluquera, un taxista y un camarero me explicaron que parte de sus familias votaron a Trump; la otra mitad a Biden. Cuando les pregunté por sus preferencias, nadie se mostró particularmente ilusionado. La peluquera me contestó que, si le hubieran dado a elegir entre ambos candidatos y Mickey Mouse, habría elegido al segundo. La única certidumbre de Estados Unidos, faro de un mundo cada día más polarizado, es que se ha mirado al espejo de las urnas y le sale el rencor por los poros. “¿Cómo les explico a los españoles el cerrojazo de los comercios de Washington DC, cubiertos todos de tablones? Da miedo…” Un conocido periodista me contesta: “No sé de qué se extrañan ustedes, les pasa lo mismo en España con los disturbios que organizan sus ultras”.
De nuevo hicieron agua las encuestas americanas. La contundente victoria demócrata se ha quedado en un suspiro. Y ojo, porque el ”trumpismo” no desaparece: “Stop the count” es un grito peligroso e inspirador para muchos en este mundo globalizado.
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