Opinión

Pedro Sánchez es el responsable

El presidente del Gobierno se ha ganado calificativos como embustero u osado, entre otros, pero hay que reconocerle un don especial para la política, para lograr sus objetivos sin complejos. Ni Iván Redondo ni Iglesias. Es él quien patronea el Gobierno. La experiencia me ha enseñado que la política abduce y, cuanto más alto es el cargo, más crece la autoestima, la soberbia. Estoy convencido de que él comulga más con el comunismo que con la socialdedemocracia, que prefiere ser Chávez que Felipe González, que odia más al PP que a ERC y Bildu. Y, desde luego, que supo ocultarlo a todos. Es un fiel reflejo de aquella máxima «si quieres conocer a una persona, otórgale un gran poder». Por si él no fuera suficiente, le ha venido a ayudar la trágica pandemia para conseguir aquello que, con una sociedad no atribulada por el miedo, le hubiera sido más complicado. Mientras nos entretienen con el coronavirus, se ha cepillado la educación concertada y la especial, la libertad de elección de colegio, las notas para el título de bachillerato, ha estado a punto (aún no ha desistido de ello) de modificar la ley para controlar sólo ellos el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y con ello el Tribunal Supremo y el Constitucional, ha satisfecho a los golpistas y a los presos vascos, defiende a Pablo Iglesias y a su partido de sus acusaciones judiciales, aumentan los impuestos a todos, etc, etc, etc. ¡Ah! y decide subirse los sueldos en un momento de especial dificultad económica para los españoles.Sobre todos ellos, Sánchez no tiene el menor pudor para abrazar a quienes defienden a los asesinos de la banda terrorista ETA, a quienes –nadie sabe por qué– están legalizados, porque Bildu, como expresaba el editorial de LA RAZÓN ayer «es una anomalía en la política democrática europea, una indignidad que ni puede disimularse ni cauteriza con un pretendido borrón y cuenta nueva». Así es la vida.