Eutanasia

La cultura de la muerte (IV)

Las políticas eugenésicas para mejorar la raza, fueron practicadas por los nazis a gran escala entre 1934 y 1945. En origen, estaban inspiradas en diversas teorías científicas del siglo XIX que buscaban desarrollar una técnica para la reproducción y cría caballar. Más tarde evolucionaron con una base científica darwinista, para acabar siendo aplicadas por los nazis en la mejora de la raza aria. El aborto era utilizado para eliminar los fetos con malformaciones o discapacidades, y se descartaban en todo caso los pertenecientes a razas consideradas inferiores.

Desde entonces, hemos «progresado», y ahora los discapacitados pueden ser abortados –basta comprobar la invisibilidad social creciente de niños con síndrome de Down, por ejemplo–, y pronto se podrá descartar legalmente la vida de aquellos que se considere que no pueden morir dignamente. Si esa fuera la verdad, se afanarían en proporcionarles los cuidados paliativos necesarios para vivir con dignidad ese tránsito final de sus vidas. Pero es una hipócrita y cínica mentira, por cuanto de lo que se trata es de facilitar el descarte de aquellos que por su vulnerabilidad ya son improductivos, y además causan a las arcas públicas un elevado coste en pensiones y asistencia sanitaria. El maltusianismo está muy activo en su ofensiva por limitar el crecimiento de la población mundial que pone en riesgo el bienestar de los lacayos del «príncipe de este mundo, que es mentiroso y homicida desde el principio». Esa es la «cultura de la muerte» que nos domina.