Coronavirus

Barack Obama, su yerno y la cesta de la compra

Gracias a la covid-19, en 2020, también hemos descubierto a un Obama preocupado por la economía familiar

Con olfato de gran estadista, Barack Obama ha sido capaz de contar él mismo su historia. Narra con una prosa fluida su pasado, sus días más oscuros, los más alegres, sus problemas identitarios a raíz de su mestizaje, los desencuentros que tuvo con su padre o los contratiempos amorosos con Michelle Obama. El ex presidente logra que sientas empatía por él. Aunque no estés de acuerdo, puedes llegar a entender por qué dio determinados pasos por muy polémicos que fueran. A sus 59 años, y cuatro después de haber dejado el poder, Obama aún es capaz de publicar su lista de canciones favoritas y que se escuchen en bucle en Spotify o Youtube. O que su extenso libro, de 900 páginas (y aún falta la segunda parte), sea uno de los más vendidos en todo el planeta. Ha sido presidente de EE UU, pero muchos lo vislumbran como ese amigo vivido y con experiencia que siempre está ahí para darte un buen consejo.

Lo último que ha hecho Obama para parecer uno más es describir cómo fue el confinamiento junto a sus hijas Malia y Sasha, de 22 y 19 años, respectivamente. El hombre más poderoso del mundo de 2008 a 2016 ha relatado en el podcast de Bill Simmons que «fue una bendición». Y es que ya han desaparecido sus dejes de adolescencia. Son ellas otra vez «y te quieren de nuevo y quieren pasar tiempo contigo y son divertidas», indicó Obama. Aunque también admite que, al igual que muchas familias, «el primer mes jugábamos todas las noches y hacíamos alguna manualidad, pero luego, poco a poco comenzaron a aburrirse con nosotros...».

Parece que durante la conversación, Obama se relajó, aunque obviamente, el ex presidente no da puntada sin hilo, y mencionó a su yerno, alias, allegado para los españoles. El matrimonio Obama les enseñó a jugar a los tres a «Spades», un juego de cartas típico de EE UU. El tercero en cuestión sería Rory Farquharson, quien –según los cronistas del corazón– llevaría tres años con Malia. Obama se cuidó de no dar su nombre aunque sí confirmó que es británico y que por su juventud no sabe jugar a «Spades» (una especie de tute subastado). También confesó que es «maravilloso». El joven yerno tuvo problemas con su visa en el contexto del cierre de Estados Unidos con Europa por el coronavirus. No quería perder su trabajo, y los Obama lo acogieron en su residencia. «Así que lo aceptamos. No quería que me gustase pero es un buen chico».

Otro de los detalles que ha reconocido el ex jefe de Estado es que ha aprendido una lección sobre el novio de su hija. «Lo único que descubres es que los hombres jóvenes comen», confesó Obama. Al ex comandante en jefe le resultó extraño verle comer. «Mi factura en alimentación subió un 30%», ha llegado a calcular, sarcásticamente, el ex presidente de EE UU. Gracias a la covid-19, en 2020, también hemos descubierto a un Obama preocupado por la economía familiar.