Estados Unidos
Pence, el que es
«Ha llegado el momento de hombres del silencio y de pensamiento. Es el estilo de Mike Pence»
Mike Pence es, sin duda alguna, el que definitivamente decidirá el seis de enero de este año 2021 quién será el próximo presidente de Estados Unidos. El secreto, para algunos, no es tal, pues se halla en la Constitución misma, y en la República; ya que por suerte Estados Unidos tiene Constitución, República, y tuvo padres fundadores que supieron dejar todo amarrado en un legado que constituye un monumento a las libertades. De lo contrario la democracia habría servido de bien poco, porque entre el fraude electoral que se produjo en medio de la noche del 3 de noviembre del 2020 y los días sucesivos, fraude más que evidente, y las dictaduras constitutivas que se han ido instaurando desde América Latina hasta en España, poca o ninguna esperanza habría quedado.
Pero no por gusto Estados Unidos es el mejor país del mundo en lo que respecta a libertades y en el resto. Y, de lo que se trata es de libertad. De la libertad americana, del sueño americano. Y, de la libertad mundial frente a la prepotente China comunista, a la Rusia Putinesca, y a la Cuba castrista.
Mike Pence entonces es sin dudas el hombre. El vicepresidente, político sereno que ha sabido ser el mejor acompañante (a mi juicio), no sólo del presidente, y el que ha tenido Estados Unidos a lo largo de su historia, es quien posee la clave. La explicación podrán encontrarla, por supuesto en la Constitución norteamericana, y también leyendo este artículo (https://zoepost.com/el-vicepresidente-mike-pence-como-ultimo-recurso-constitucional-disponible/) y analizando este vídeo (https://zoepost.com/mike-pence-y-la-12o-enmienda/). Reitero, no hay secretos. Aunque otros se empecinen en montar conspiraciones y alterar lo que ya sería casi imposible de alterar más anunciando falsos golpes de estado. El verdadero golpe de estado y golpe a la Constitución ocurrió mediante el fraude electoral perpetrado por los demócratas en combinación con regímenes extranjeros, entre los que se encuentran el de Nicolás Maduro en Venezuela, la China de Xi Jiping, y la Cuba de Raúl Castro y su marioneta Díaz-Canel.
Repetir como un mantra, que es como hace la prensa oficialista mundial casi siempre de izquierdas, en coro junto a la mayoría de los políticos europeos –lo que no hace más que confirmar su grave ignorancia– de que Joe Biden es el presidente electo, no es más que una cochina mentira y una reiteración, confabulación y colaboración con el fraude electoral que conduciría al mundo, y no sólo a Estados Unidos, a la catástrofe, y probablemente a la cuarta guerra mundial; porque la tercera, bacteriológica, la estamos viviendo y nos la declaró el PCCH el año pasado. Aunque, como en la célebre canción, no se quieran enterar.
Algunas de las personas cercanas al presidente Donald Trump desconfían de Mike Pence, sus razones tendrán, no soy nadie para discutirlas. Pero Trump sigue al pie del cañón, y en quien debemos confiar es en el hombre que ha probado ampliamente que ama y defiende a su país como ciudadano, como patriota, como empresario capitalista, y luego como presidente desde el 2016. Si Trump confía en Pence, pues no habría de qué preocuparse. Estuve hace unos días viendo una película norteamericana muy relevante ahora, me refiero a «La guerra de Charlie Wilson» (2007), por cierto, una memorable actuación de la mayoría del elenco, y una verdad como un templo: todo lo que estamos viviendo en la actualidad proviene de una guerra que le endilgaron, pasión con una republicana mediante, a este congresista, Charles Wilson (me recuerda a uno que otro congresista cubanoamericano actual), que pasaba bastante tiempo en Las Vegas consumiendo carne joven envuelta en lamés y paillettes y polvo errático. Y no es por esto que me recuerda a otros, sino por su excesiva volubilidad de carácter.
Finalmente, con ese sentimiento de culpa que caracteriza a los republicanos frente a los demócratas Charles Wilson decidió asumir una guerra, la de Afganistán con la Unión Soviética (1979-1989), que a juzgar por el horror, el error, y el año de la finalización de la misma, determinó con mucho y con fatal ventaja el futuro de la misma URSS y posteriormente del mundo. Con esos truenos todavía estamos bregando. Supongo que Pence lo sabe, conozca y comparta esta idea que no es más que una verdad histórica, porque el vicepresidente, como también el presidente Donald Trump, a diferencia de la mayoría de los políticos ad usual, conocen y analizan la historia de ese país. Sugiero que la vean, y a los que la vieron que vuelvan a hacerlo, y retrotraigan situaciones a las que actualmente está inmerso Estados Unidos.
Pence es un hombre de silencios, y «eso ahora mismo da mucho que pensar», me comenta un amigo que vive en Estados Unidos y votó por el team Trump Pence. La humanidad se ha ido acostumbrado con los años a la euforia del parlamento, a la gritería, a hablar o a parlotear sin decir nada. Creo que ha llegado el momento, de nuevo, de hombres del silencio, de hombres de pensamiento y recapacitaciones. Es probable que sea el estilo de Mike Pence, y de hecho lo demostró durante los cuatro años que funcionó en su cargo.
El debate entre Pence y Kamala Harris probó no sólo que Pence es un político de un pensamiento sólido, además podría muy bien convertirse en un continuador y excelente futuro presidente en décadas venideras. Creo que esa proyección será posible y pasaría más por su lealtad, que por una traición a la República y la Constitución que mancharía su hasta ahora impecable conducta, actuación, y expediente. Sobre todo hoy, cuando se ha comprobado recientemente que el 72 por ciento de los estadounidenses preferirían que el Partido Republicano siguiera el modelo e ideario del presidente Donald Trump y su estilo de dirigencia (https://zoepost.com/72-de-los-republicanos-desean-un-partido-mas-semejante-a-los-ideales-de-trump-encuesta/); además de haber sido clasificado en reciente y seria encuesta como el presidente mejor valorado de la historia muy por encima que su antecesor.
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