Opinión

Doblan las campanas

El enemigo de la libertad y la democracia ha ocupado la ciudadela

Está fresca todavía en nuestra memoria la «alerta antifascista» de Podemos, cuando en diciembre de 2018 triunfó el cambio político al frente de la Junta de Andalucía tras décadas de socialismo. Ahora la «alerta» se produce por considerar amenazada la libertad de expresión, incendiando el espacio urbano, con la dirigencia podemita instalada en el Gobierno entre el silencio cómplice y el apoyo explícito a los violentos. Solo falta que indulten al sujeto de marras, como quiere Podemos, y modifiquen el CP para despenalizar su conducta.

Si Sánchez pensó que con sus socios comunistas en el Gobierno tenía garantizada la paz social, su extravío salta a la vista. El tiempo da y quita razones y, desde luego, acertó al prometer que no pactaría con Iglesias porque el 95% de los españoles no dormiría tranquilo… Quizás él pertenezca al restante 5% privilegiado al que todavía no le perturba el sueño lo sucedido desde que solemnemente faltó a su palabra; pero todo se andará.

El daño reputacional infligido a España va a ser proporcional a su engaño. Actuar así no sale gratis, y nuestros socios, vecinos y competidores toman buena nota de lo que ven. Con una deuda pública en unos niveles desconocidos desde la pérdida de Cuba, el futuro se vislumbra a tono con lo actual.

El enemigo de la libertad y la democracia ha ocupado la ciudadela, al tiempo que Sánchez duerme plácidamente. Mientras, en el exterior de Moncloa doblan las campanas en alerta comunista, en un repique que suena a toque de muerto.