Filipinas

Filipinas: la gran desconocida

Desde el año 2002 se celebra anualmente en Baler el día de la Amistad Hispano Filipina, sin que en España celebremos el recíproco. Queda mucho por hacer y por rehacer

Doña Lourdes Diaz-Trechuelo fue una eminente catedrática de Historia, pionera en la universidad española, nacida en 1921 y licenciada en 1941. Tuvo entre otros muchos méritos, ser la iniciadora de los estudios filipinistas en España. Su legado han sido sus discípulos, quienes han proseguido su brillante labor investigadora para el bien de la historia hispano filipina. Doña Lourdes escribió, entre otros muchos libros y artículos, una pequeña, pero ilustrativa obra, denominada «Filipinas: la gran desconocida», donde expresaba, con toda razón, su sentimiento por el desconocimiento que los españoles tenemos sobre Filipinas. Gracias a su esfuerzo, nuestra inopia ha disminuido, aunque sigue teniendo niveles poco aceptables.

En el mes de marzo, concretamente el día 16, se cumplieron 500 años de la llegada de la expedición de Magallanes-Elcano a Filipinas. Antes, el día 6, Magallanes llegó a la isla de Guam, hoy en poder de los EEUU, la más meridional de las Islas Marianas, denominadas así por Doña Mariana de Austria, esposa de Felipe IV.

Antonio Pigafetta, cronista de la expedición, nos lo cuenta así «El decimosexto día del mes de marzo [de 1521], a la salida del Sol, nos encontramos cerca de una tierra elevada, a trescientas leguas de la isla de los Ladrones [Guam]. Nos apercibimos pronto de que era una isla, a la que llaman Zamal» Esta isla actualmente se denomina Samar y es la más oriental del archipiélago.

Durante la breve estancia de la expedición magallánica en las que inicialmente llamaron Islas de San Lázaro, se produjeron dos hechos relevantes, uno para la historia futura de las islas, y el otro, para la historia de la expedición. En efecto, el 31 de marzo de 1521, domingo de Pascua, Magallanes ordenó desembarcar a la tripulación en el puerto de Mazaua, sin que a la fecha se haya localizado el lugar exacto, donde el capellán celebró misa y el capitán general ordenó clavar una gran Cruz. Constituyó la primera celebración religiosa de lo que con el tiempo se ha convertido en una de las principales señas de identidad del pueblo filipino: su intensa religiosidad y su profundo catolicismo.

El otro hecho relevante fue la escaramuza en la isla de Mactán, con el jefe local, Lapulapu, hoy elevado a la categoría de héroe nacional, que concluyó con la muerte del almirante el 27 de abril de 1521. A partir de ese momento, Juan Sebastián de Elcano dirige lo que queda de la expedición hasta su arribada a España en 1522.

Después de la expedición de Magallanes se organizaron otras con la intención de conquistar el archipiélago, pero no tuvieron éxito. Posteriormente se organizó otra desde México, bajo el mando de Miguel López de Legazpi junto con Andrés de Urdaneta, quien años más tarde descubriría la ruta del tornaviaje.

Legazpi llega el 5 de abril de 1565 a la isla de Samar. De allí pasa a Leyte y posteriormente funda los primeros asentamientos españoles: la Villa del Santísimo Nombre de Jesús, y la Villa de San Miguel, hoy Ciudad de Cebú, siendo la primera capital de las Filipinas, nombradas así en honor a Felipe II.

El 24 de junio de 1571 Legazpi funda la Siempre Leal y Distinguida Ciudad de España en el Oriente de Manila y la convirtió en la sede del gobierno del archipiélago y de los dominios españoles del Lejano Oriente. Magallanes descubrió las Islas Filipinas pero Legazpi las incorporó a la corona española. Su tumba, a la que acompañan las banderas de Filipinas y España, puede visitarse en la iglesia de San Agustín, Intramuros, Manila.

Hasta que se arría la bandera española en Baler, el 2 de junio de 1899, tras la valerosa resistencia de su guarnición, quedaron atrás 300 años de colonización española, no tan intensa como en otras partes, pero de indudable trascendencia. Atrás quedaron las luchas contra los moros de Mindanao, los piratas de Joló, las batallas contra otros poderes coloniales, así como el Galeón de Manila, hasta Acapulco y viceversa, las relaciones comerciales con China, América y la Península.

Pero también la educación y formación fueron del interés español. Desde el mismo momento de la fundación de Manila se inicia una fuerte actividad creativa de centros de enseñanza, y así, en el año 1571 se crea el Real Colegio de San José, y en 1594 el Colegio de Santa Potenciana, ambos bajo el patrocinio de Felipe II. Para atender a huérfanos e indigentes de Manila se crearon el Colegio de San Juan de Letrán y el Colegio de Santa Isabel. Las dominicas fundan el Colegio de Santa Catalina de Sena. En 1611 se funda en Manila la Pontificia y Real Universidad de Santo Tomás, la primera Universidad de Asia, y actualmente la mayor universidad católica del mundo, donde se educaron varios expresidentes filipinos, políticos, militares, reputados profesionales e intelectuales, científicos, artistas, y también, héroes nacionales como José Rizal.

Tras 120 años de influencia norteamericana y de su correspondiente aculturalismo, la huella hispana se ha languidecido enormemente, hasta el punto que el español casi ha desaparecido, las relaciones económicas y culturales son débiles, pero aun así se percibe un cierto interés de recuperación histórica. Desde el año 2002 se celebra anualmente en Baler el día de la Amistad Hispano Filipina, sin que en España celebremos el recíproco. Queda mucho por hacer y por rehacer.