Tierra
La carta de la Tierra
Estaría bien escuchar hoy la llamada de la Tierra
Hoy es un día cargado de contenido. Es el día del libro, de las rosas y de los comuneros. Y también el día de la Tierra. Un buen día para manifestarse en Madrid los representantes de la España vaciada. En días como hoy echo más en falta mis Tierras Altas, tan solitarias y abandonadas. Ya habrá despertado allí la primavera. Estará lloviendo abril sobre los campos renacidos. En los ribazos romperán ya a florecer los bizcobos, los endrinos y los escaramujos. Un buen momento, cuando escampe, para andar por las veredas entre los sembrados y aspirar el aroma fuerte de la tierra.
Hace ahora justo 20 años que algunos tuvimos un sueño: convertir a la hermosa y despoblada Soria en la primera provincia del mundo que realizara en todos sus pueblos y aldeas la Agenda 21 Local, cumpliendo lo establecido en la cumbre de Río-92. Íbamos a ser, por una vez, pioneros. Soria, por la que no pasó la revolución industrial, ascendería de la sima a la cima. Ese era el ingenioso eslogan. Inauguró la conferencia el Príncipe de Asturias, actual rey de España. Llegaron expertos y autoridades. Vino a Soria para la ocasión Maurice Strong, el padre de las Agendas 21, con todas las bendiciones de la ONU. Como fruto del acontecimiento, proclamamos en Soria la Carta de la Tierra. Hoy la he encontrado enrollada en mi biblioteca, firmada por Maurice Strong. La vuelvo a tener en mis manos después de tanto tiempo. Siento emoción y tristeza por aquel sueño desvanecido. La culpa fue de la desidia y falta de visión de las autoridades.
La crisis de la pandemia que padecemos podría ser una oportunidad de oro para impulsar el desarrollo sostenible y sacar a la España vaciada de la sima en que se encuentra, pero no queda sitio para estas cosas. Por eso los nuevos comuneros se harán sentir esta tarde en Callao. Por si sirve para salir del aturdimiento -electoral mayormente- ofrezco el arranque del preámbulo de la Carta de la Tierra, escrito con tinta verde: “Estamos en un momento crítico de la historia de la Tierra, en el cual la humanidad debe elegir su futuro. A medida que el mundo se vuelve cada vez más interdependiente y frágil, el futuro depara, a la vez, grandes riesgos y grandes promesas”. Por lo pronto, estaría bien escuchar hoy la llamada de la Tierra.
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