Elecciones Comunidad de Madrid

«Cañitas» y post campaña

Pues sí, conocíamos de las campañas y las precampañas y por si fuera poco caldo, ahora se nos plantan dos tazas inventando la figura de la «post campaña».

Pues sí, conocíamos de las campañas y las precampañas y por si fuera poco caldo, ahora se nos plantan dos tazas inventando la figura de la «post campaña». Por tozudos que se muestren los hechos, son todavía legión los que en el circo político nacional y no acabando de asimilar el sentir real de la calle se obstinan en poner el foco en el ciudadano que en una terraza al aire libre se toma una simple caña, cuando el ciudadano que realmente importa no es tanto éste como el que le está sirviendo esa caña, acción gracias a la cual podrá llegar a fin de mes o sencillamente subsistir.

Han pasado ya unos cuantos días desde que los comicios madrileños certificaran de manera aplastante –en una comunidad en la que setecientas mil familias viven del comercio y la hostelería– que la opinión pública sí está por la labor de cargar con riesgos más o menos asumibles en la convivencia con la desgraciada pandemia, con tal de que la economía familiar no se vaya directamente al traste con la paralización de toda actividad. Esto no es una particular opinión de quien suscribe, sino un resultado en las urnas derivado de los mensajes de campaña de unos y de otros, que ni entro ni salgo a valorar. Resultado que, a tenor de lo que venimos escuchando durante estos días, ni esta siendo digerido como tal vez como sería de desear, ni está siendo –al menos hasta el momento– analizado como se debiera por parte de quienes han de tomar buena nota.

Botones de muestra hemos tenido para dar y tomar, desde las afirmaciones de la delegada del Gobierno en Madrid ante los micrófonos de Onda Cero apuntando directamente al clamor de libertad en la campaña de Díaz Ayuso y asimilándolo con el «libertinaje» de jóvenes que –en toda España– se echaron a la calle con el fin del estado de alarma, pasando de manera mucho más gráfica por la «catilinaria» de la ministra de Exteriores este miércoles en el Congreso, acusando a la presidenta madrileña de animar a la población a «irse de cañas». No estaría mal que González Laya se detuviera por ejemplo en averiguar a qué dedican su actividad los inmigrantes extranjeros en nuestro país… tal vez descubriría que son ellos los que ponen esas cañas y votaron lo que votaron. Pero parece más fácil hacer post campaña previa a próximas precampañas.