Independentismo

Junqueras, prisas y paciencia agotada

Junqueras quiere salir de la cárcel también para diseñar el control a Aragonés

Oriol Junqueras, autoproclamado «mártir» indepe, también tiene sus urgencias y por eso allana el camino del Gobierno de Sánchez hacia unos indultos que ya no rechaza. Incluso ahora –habrá que ver hasta cuando– pone en solfa la vía unilateral hacia la independencia. El líder de ERC y los otros condenados del «procés» llevan más de tres años en la cárcel, la mayor parte en las condiciones más flexibles y menos incómodas posibles, pero la prisión es la prisión. Gregorio Marañón, en su Antonio López, abordaba «el gozo inefable de la libertad se ignora por todos los que no han tenido la suerte de estas presos». Junqueras y compañía han disfrutado de esa «suerte», pero quieren pasar ya esa página y si Enrique de Borbón aseguran que admitió que «París bien vale una misa», el líder «indepe» no ha tenido más remedio que ceder y ofrecerle una coartada al inquilino de la Moncloa.

Junqueras, además de haber superado el tiempo en el que «tener paciencia es la mejor forma de hacer la voluntad de Dios», como predicaba el obispo inglés Jeremy Celler (1650-1726), tiene urgencias muy mundanas, prosaicas y políticas. Père Aragonés, presidente con todos los predicamentos de la Generalitat, puede tener la tentación de volar solo. Por eso, Junqueras pretende crear, en cuanto esté en libertad y como líder de ERC, una estructura fuerte de su partido que sea un referente «indepe» ante la política de Aragonés que, de momento, dejará por ejemplo la aprobación de unos nuevos presupuestos para más adelante. Los indultos abrirán una teórica «pax», que puede ser breve, y que todos quieren aprovechar para acceder a los soñados fondos europeos. Luego, territorio inexplorado. Las bases de ERC y de Junts es probable que consideren «poco» los indultos y es cuestión de tiempo que reclamen otra vez amnistía y referéndum, sin olvidar a la CUP, que ha dado media legislatura de plazo, pero cuyos líderes asamblearios explican que la estabilidad de Sánchez en la Moncloa también depende de ellos y de que sustenten al Gobierno catalán. Junqueras tiene prisa y la paciencia agotada y, claro, la cárcel es la cárcel.