PAC

Un proceso cansino

Ha dicho el ministro de Agricultura que el debate sobre la nueva PAC es «cansino». Por una vez, y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con Luis Planas. Hoy y mañana se celebra en Lisboa la habitual reunión informal de los ministros de Agricultura de la UE. Se trata del primer encuentro que mantienen tras el fracaso de los trílogos –las negociaciones con el Parlamento Europeo y la Comisión por medio– de finales de mayo. Aunque en un principio no estaba previsto que abordasen esta cuestión de la nueva PAC, todo apunta a que no tendrán más remedio que hacer un balance de la situación de cara a los encuentros previstos para finales de este mes, cuando ya se debería llegar a un acuerdo definitivo en Bruselas.

Después de eso, Luis Planas se tendrá que meter de una vez por todas en la negociación «hispano-española», para la que no ha presentado ni un solo papel con sus propuestas, por mucho que se lo han pedido desde las distintas comunidades autónomas. Aunque el asunto sea «cansino», la realidad es que es muy importante porque estamos hablando de la distribución en nuestro país del dinero que llega cada año de las arcas comunitarias en concepto de ayudas directas.

Un ejemplo: durante el año pasado, España fue el segundo beneficiario de ese tipo de apoyo con cargo al FEAGA con 5.681 millones de euros. Según las cifras que acaba de hacer públicas Bruselas, por delante solo se situó Francia, mientras que Alemania e Italia ocuparon la tercera y cuarta posiciones a bastante diferencia. A esa cantidad hay que añadir lo que llega para la política de desarrollo rural, dotada con más de 1.150 millones en el pasado ejercicio. Todo eso es lo que está en juego, con Planas limitándose a marear la perdiz y, repito, sin haber presentado todavía una sola propuesta de conjunto. Debe estar esperando para ver si hay crisis de Gobierno antes, ya que aspira a saltar de Agricultura a Asuntos Exteriores y pasar la «patata caliente» de la PAC a otro. Ya lo intentó a principios del año pasado sin suerte. Ahora insiste. En eso sí que es «cansino».