Política

Muchas mesas

«España tendrá tal cantidad de mesas bilaterales que parecerá sucursal de Ikea»

El presidente, que antes fue vicepresidente, y el nuevo vicepresidente, que a saber lo que será en un futuro, un nombre a pie de página en cualquier caso, siguen con las buenas maneras de una institución que con solo nombrarla se echa uno la mano a la cartera. Oh, la Generalitat de Cataluña, tan honorable y tan maleducada de un tiempo a esta parte. Plantón al Rey, la mano que ha de firmar el indulto. Oh, la Corona, medalla de Oro en el Sur y desahuciada por el «procès». ¿Y? Tantos desayunos y meriendas para que vuelva el «café para todos». Andalucía quiere su mesa bilateral de la misma manera que exigió en su día el referéndum para ser autónoma por el 151, como Cataluña, el País vasco y Galicia. Al cabo, si lo que Barcelona quiere es administrar más dinero, el mismo derecho tenemos los que nacimos o vivimos en otros puntos de España puede decir cargado de razones cualquier barón rampante. Lo que está consiguiendo el catalanismo es extender esa moda de quitarse las pelusas del ombligo a los otros gobiernos a los que ya se les ha quedado pequeña la televisión autonómica como ejemplo hortera de adoctrinamiento. Susana Díaz le hizo a Sánchez la pregunta clave y hoy se reduce lapidada a una lagartija que apenas mueve el rabo. Dijo la sultana: ¿Cuántas naciones hay en España?, después de que Iceta se hiciera un baile de naciones. Y aún está esperando la respuesta. Tantas como apoyos necesite el Gobierno. España tendrá tal cantidad de mesas que parecerá una sucursal de la sección de comedor de Ikea. Diálogo por aquí, retórica por allá, un entremés de Carmen Calvo para animar tanta farfulla confederal y vuelta a empezar. Una eterna rueda de hámster o el argumento de la próxima parte de «Matrix». Señores no sé qué de la Generalitat, todo eso sin el Rey al que dan la espalda no sería posible. Para el presidente de Corea, el invitado de Felipe VI, el país donde nacen las mejores catástrofes cinematográficas, los más hondos poemas visuales y el pop más lisérgico, esto de la independencia de Cataluña no deja de ser unos títulos a crédito. «Parásitos» fue su último éxito internacional. Ya saben de lo que estamos hablando. Y encima, tienen a Kim Jong-un a tiro de piedra.