Política
En el furgón de cola de Europa
España se ha convertido en «el enfermo de Europa»
Los indicadores económicos de Eurostat, correspondientes a 2020, colocan a España en el furgón de cola de Europa. En estos últimos años nuestra renta per cápita en términos de paridad de poder adquisitivo con el resto de los países ha caído en picado. Como ha puesto de relieve en «El Imparcial» Eugenio Nasarre, un europeísta destacado, en un relevante artículo titulado «El declive de España», los datos son preocupantes y han pasado casi desapercibidos en medio del ruido inútil que domina el escenario público, tanto el Parlamento como los medios de comunicación.
Recogeré aquí algunos de estos datos. En 2020 la renta per cápita española está en el 86 por ciento de la renta media europea. Desde 2008 ha retrocedido 16 puntos. Ahora ocupamos el puesto 18 de 27, o sea, andamos en el pelotón de cola. La diferencia con las grandes economías de la Unión se ha disparado. Nuestro diferencial con Alemania ha pasado de 16 a 35 puntos. Incluso Italia, a la que dimos el «sorpasso» hace doce años, nos aventaja ya en 8 puntos. Nuestro peso económico, que había rozado el 10 por ciento del PIB, desciende al 8,4, a gran distancia de las grandes economías: Alemania representa el 25 por ciento; Francia, el 17,3, e Italia, el 12. Algo estamos haciendo mal. No valen excusas: en todos los países de nuestro entorno hubo crisis económica y ha habido crisis sanitaria. Y también vamos en el furgón de cola de Europa en deuda, déficit, paro juvenil, sostenibilidad de las pensiones y hasta en crecimiento demográfico.
España se ha convertido en «el enfermo de Europa», subraya con razón Nasarre. Y al perro flaco todo se le vuelven pulgas. Hemos perdido peso en el mundo. Nuestra política exterior, que brilló con Adolfo Suárez , ocupó un lugar privilegiado en el eje franco-alemán con Felipe González y alcanzó un lugar de honor en la Casa Blanca con José María Aznar, tiene hoy un peso irrelevante en Europa, donde no se fían del actual Gobierno y avisan de que van a mirar con lupa los fondos de recuperación; nadie recibe en Estados Unidos al presidente Sánchez, nos desprecian en Iberoamérica a pesar de las copiosas inversiones, y hasta el rey de Marruecos nos pone en un brete. Lo peor es que siempre que la izquierda está en apuros recurre a Franco y a los cristales rotos de la memoria.
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