Pedro Sánchez

Contradicción verde y la luz

Emisiones cero en 2050 quiere decir menos gas y petróleo, pero más caros hasta entonces

Pedro Sánchez, de repente, se ha visto atrapado en el callejón, casi sin salida y sobrado de demagogia, del alza del precio de la luz. El presidente, que vive sobre todo el presente, se ha lanzado a hacer promesas confusas y ha dado instrucciones a su vice Teresa Ribera, para que alumbre alguna medida que pueda parecer efectiva y, sobre todo, inmediata. El Gobierno, acosado por el ambiente creado por sus socios podemitas, afronta una crisis que en el resto de Europa no ha aflorado con la misma intensidad. La subida del precio de la electricidad es bastante parecida en la mayoría de los países. Incluso en algunos es superior, aunque la repercusión en las tarifas domésticas pueda ser algo menor. Sin embargo, solo en España se ha convertido en uno de los principales quebraderos de cabeza para el equipo gubernamental y, de hecho, ya ha creado una pequeña/gran crisis política, alimentada por demagogos y populistas de extrema izquierda y extrema derecha. El recibo eléctrico es un galimatías y un sin sentido, utilizado desde hace décadas para financiar las cosas más insólitas. El guiriray actual, no obstante, resulta desmesurado y alguien debería dejar de alimentarlo. La luz y el gas seguirán caros una larga temporada y el Estado puede ayudar en los casos de necesidad, pero tampoco pasarse con las subvenciones. Sánchez y su Gobierno, abanderados de lo verde, son víctimas de lo que la Agencia Internacional de la Energía esboza como una contradicción, quizá irresoluble. El organismo internacional, en su informe «Cero neto para 2050», plantea que si se quiere alcanzar el objetivo de cero emisiones netas a mediados de siglo hay que dejar de invertir ya en nuevos proyectos de extracción de gas y petróleo. Sin embargo, si se pretende que los precios del gas y el petróleo –y de la electricidad– no se disparen sin control durante los próximos 30 años de transición energética, hay que invertir para obtener gas y petróleo. El futuro mundo verde puede ser idílico, pero el camino quizá sea más tortuoso de lo esperado y Sánchez empieza a comprenderlo. La luz y la contradicción verde. Un lío colosal, que diría Rajoy.