Política
Bien por Casado
«Las tarascadas de algún medio afín no pueden fracturar la firmeza, la flexibilidad y el prestigio de Casado»
Pablo Casado es un político sereno, equilibrado y prudente. Conoce a fondo la realidad de España y la analiza con lucidez y profundidad. Heredó un partido descompuesto por las torpezas políticas de Mariano Rajoy, sobre todo por su lenidad en Cataluña, si bien habrá que reconocer al expresidente acierto en su gestión económica. Pablo Casado resanó el Partido Popular en un tiempo récord. Con firmeza y flexibilidad se mantuvo en el espacio liberal conservador y consolidó el centro derecha. Cuando algunos «sabios» certificaban la inevitable desaparición del PP, como ocurrió con UCD, Pablo Casado mantuvo el rumbo de la nave en medio de las borrascas externas e internas. Y triunfó. Se ha convertido además en un sólido orador parlamentario que desarbola a Pedro Sánchez, semana tras semana, en los debates en el Congreso de los Diputados. El líder del PP tendrá defectos como los tenemos todos, pero el balance de su gestión es abrumadoramente positivo.
La última encuesta de la prestigiosa empresa NC Report, publicada ayer en este periódico, resulta concluyente. De celebrarse hoy elecciones generales, Pablo Casado, al frente del Partido Popular, sería el vencedor con casi el 30% de los votos. Y rozaría los 180 escaños con el apoyo parlamentario de Vox. Las tarascadas que recibe a cargo del Gobierno de Frente Popular, y también de algún sector mediático afín, no han alterado ni su posición ni la esperanza que en él tiene depositada la mayoría liberal conservadora de la nación. La inoperancia de Pedro Sánchez le favorece. El gran Emilio Castelar dijo en el Congreso de los Diputados el 22 de febrero de 1869: «Las coaliciones son siempre muy pujantes para derribar, pero son siempre impotentes para crear».
Isabel Díaz Ayuso, que ha protagonizado un fenómeno político de incuestionable alcance, ha hecho público su apoyo a Pablo Casado, lo que le consolida. Todavía deberá acumular el líder liberal conservador nuevos aciertos para que se le abran los portones del palacio de la Moncloa. Todavía deberá sortear vehemencias e impacientes tarascadas de sectores cercanos al partido. Pero ha aprendido que la política es una larga paciencia, un largo, largo saber esperar.
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