Cultura
La Cultura del bono basura
Bonus track: ¿se pueden consumir los 400 euros en ídolos tachados de machistas o se impondrá una lista negra como la de la tauromaquia?
Desde que André Malraux, en la época de De Gaulle, y Jack Lang, desde la atalaya de Miterrand, utilizaron el ministerio de Cultura como arma de destrucción masiva ideológica, la cultura oficial se ha ido desvaneciendo entre premios amañados según la ideología del partido reinante, de manera que, por ejemplo, Francisco Nieva falleció teatralmente sin que le concedieran el premio Cervantes o Pere Gimferrer, que sería el primero en catalán, no aparece en las quinielas que cada año circulan por los cenáculos literarios. Cultura es lo que diga la autoridad competente, como hace unos días señalaba Trapiello sobre la lectura artística del Reina Sofía, plegado con más o menos brillantez al pensamiento dominante. Solo hay que pararse en el último premio Nobel que, por lo que se sabe porque nadie lo ha leído, vale más por lo que defiende, el mantra terrorífico del colonialismo, que por cómo lo relata.
Es lo que ocurre con los toros. El actual Gobierno no los considera una efeméride intelectual sino una fiesta salvaje de la que hay que defender a los jóvenes que tienen gratis porno hardcore en el móvil. Tal vez un día se prohíban las corridas de Goya o las pinturas de Picasso, igual que se censuran los cuadros de Lucien Freud o los pechos llorosos de Almodóvar. O sea, los chavales que celebrarán el bono cultural de 400 euros a los 18 años ¿por qué no a los 16? podrán descargarse un videojuego violento pero no ir a ver a Morante que es en sí un videojuego pero vivo, la realidad de un arte que con sangre entra y que resume buena parte de la historia de España y los mitos de la antigüedad.
Y aclaren por favor: ¿un periódico es cultura o solo las plataformas conductuales como Netflix? Definan cultura. ¿El skateboard? ¿las peleas de gallos entre los raperos? ¿La moda? ¿Bailar reguetón? Es lo de menos. Cultura es palabra que suena bien pero que cuando entorpece el camino hacia la gloria ideológica pinta mal. De ahí la purga de los intelectuales y las mordazas oficiales, el poder solo ansía imponer el silencio de los corderos, degollar la brillantez para que los del bono, que en la ESO no han estudiado los ríos de España sino los de su terruño, consuman comida basura y de paso arañar unos miles de votos. Si con dieciocho años me ofrecen cuatrocientos euros voto por Lola Flores si se presenta con aquella canción de flamenca yeyé, cuando perdió el pendiente, que decía : «Yo quiero que en el Gobierno le den un puesto a El Cordobés y quiero a Manuel Santana en un buen puesto de senador, ay que viva, ay que viva ya, el partido por la mitad».
Bonus track: ¿se pueden consumir los 400 euros en ídolos tachados de machistas o se impondrá una lista negra como la de la tauromaquia? Sería mejor aplicar una tarifa de descuentos pero eso no desemboca en una papeleta en la urna a favor del ordenante de la transferencia. Mierda de artista a lo Piero Manzoni. Se mete en una lata y se cobra lo que el mercado y la política deseen. Sin ningún esfuerzo. Solo hay que votarles.
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