Vinos

El vino español ante un nuevo ciclo internacional

España es uno de los principales productores de vino del mundo, y sin embargo seguimos ocupando posiciones muy por debajo de nuestro potencial en valor por litro. Ya no basta con producir bien, hay que comunicar mejor

Vino Aponte, el buque insignia de Bodegas F&V
Dos personas brindando con vino AponteBodegas F&V

El sector del vino español vive un momento de transición clave. En los últimos años, la industria ha demostrado una capacidad notable para resistir adversidades, desde crisis logísticas hasta tensiones geopolíticas y arancelarias, y adaptarse a un consumidor global que busca autenticidad, sostenibilidad y calidad. Pero también es cierto que entramos en una etapa en la que ya no basta con producir bien: hay que comunicar mejor, diferenciarse más y competir con inteligencia.

España es uno de los principales productores de vino del mundo, y sin embargo seguimos ocupando posiciones muy por debajo de nuestro potencial en valor por litro. La paradoja persiste: vendemos mucho, pero no siempre bien. Las cifras de 2024, con exportaciones valoradas en 3.066 millones de euros y un crecimiento del 1,6 %, reflejan cierta recuperación, pero también la urgencia de movernos hacia un modelo más sólido, centrado en la calidad y en el posicionamiento de nuestras Denominaciones de Origen.

En este escenario, hay algo que no debemos perder de vista: el verdadero motor de nuestro vino es el origen. Lo que distingue a España no es solo la diversidad climática y varietal, sino una riqueza cultural, histórica y humana que muy pocos países pueden ofrecer. El modelo de las DO no solo garantiza trazabilidad y calidad, sino que protege territorios, fija población en entornos rurales y da sentido a la marca España en los mercados más exigentes.

En lugar de poner en duda este modelo, deberíamos reforzarlo. Lo contrario sería un error estratégico. Y si hay un espacio natural para impulsar esta visión compartida, son precisamente las ferias profesionales de alto nivel. Plataformas internacionales para el comercio exterior del vino español como Barcelona Wine Week, que organiza Fira de Barcelona en febrero de 2026, representa lo mejor de la producción vitivinícola de la producción española pone a disposición de más de 1300 bodegas los principales mercados internacionales, tanto los tradicionales como los emergentes. A pesar del difícil contexto internacional, en estos encuentros se define reputación, se construyen relaciones y se detectan tendencias. Acudir no es una opción: es una necesidad.

Es hora de alinear esfuerzos. El vino español no necesita reinventarse, necesita creérselo. Apostar por el origen, proteger nuestras denominaciones y estar presentes en los grandes escenarios globales será la clave para que esta nueva etapa no sea solo un reto, sino una verdadera oportunidad.

Javier Pagés, presidente de Barcelona Wine Week y de la DO Cava