Opinión

Los santos de «la puerta de al lado»

Hoy es una jornada festiva a todos los efectos, en la que conmemoramos a todos los santos, conocidos, – los menos– y desconocidos, los mas. Por un lado, recordamos a aquellos que por su fama acreditada de santidad durante su vida han merecido que la Iglesia los ponga como modelo para el conjunto de los fieles y que son los que están en las imágenes que pueblan los templos de nuestra geografía, con sus patrones y patronas en primer lugar.

Pero siendo muchos esos santos, todos tienen ya su particular fiesta de recuerdo en el calendario litúrgico , y junto a ellos, son legión la multitud de santos «de la puerta de al lado» –como gusta denominarlos Francisco– y que son desconocidos para el común de los mortales. Casi todos tenemos en la cabeza o en el corazón a personas anónimas, a familiares, amigos, o tan solo conocidos, que han dejado en nuestro recuerdo un poso acusado de bondad, de santidad en suma.

A estos santos desconocidos que pueblan el Cielo se les dedica esta jornada, en vísperas de la que dedicamos a todos los difuntos, que constituyen un tándem de jornadas profundamente cristianas en el calendario, con puente laboral incluido con frecuencia. Un signo claro de la apostasía o perdida de la Fe en nuestras sociedades de raíces y cultura cristianas es la importación para estas señaladas fechas de una fiesta pagana del mundo anglosajón y con fuerte influjo cinematográfico de Hollywood.

Es el Halloween que ha desplazado –en especial entre gran parte de las mas jóvenes generaciones– a «Todos los Santos» del imaginario festivo tradicional, convirtiendo la víspera de su jornada en una suerte de fiesta de carnaval descolgado del habitual de la Cuaresma. Sin perjuicio de que se mantienen algunas tradiciones y costumbres de origen pagano en zonas y localidades de nuestra geografía –y en especial en Galicia por sus raíces celtas–, ahora constituyen meras expresiones folclóricas de un remoto pasado, ya que la civilización cristiana las transformó…., hasta ahora al menos.

Por supuesto que no se trata de querer ponerle «puertas al campo» al inexorable paso del tiempo, o de enquistarse y cerrarse a las modas y novedades consustanciales a la vida. Lo que sucede es que en este caso y en algunos otros similares la presunta novedad consiste en retroceder a expresiones de culturas precristianas no caracterizadas precisamente por ser dignas de imitación o admiración en el significado profundo de las mismas.

Hoy celebramos a todos los santos y los cementerios se poblarán de amor a nuestros difuntos a los que también recordamos mañana , confiando que nuestro homenaje sea la ayuda que necesiten para disfrutar de una feliz vida: eterna y en paz.