Opinión

Misión DART: Defensa planetaria

Se trata de una misión de defensa planetaria mediante el impacto de una sonda lanzada contra un asteroide seleccionado para comprobar el desvío de su órbita por el choque

La NASA lanza hoy al espacio la Misión DART con el objetivo de verificar la capacidad de desviar asteroides en ruta de impacto con la Tierra, lo que es un salto cualitativo muy importante en este ámbito. En román paladino, se trata de probar la tecnología más avanzada que pueda garantizar que estamos a salvo de un evento cósmico que pudiera ocasionar una catástrofe de dimensión planetaria. La ingeniera de sistemas del proyecto lo ha definido con precisión: «La misión tendrá que demostrar que nuestro planeta está preparado para hacer frente a lo inesperado».

La Misión DART es una misión de defensa planetaria, mediante el impacto de una sonda lanzada contra un asteroide seleccionado para comprobar el desvío de su órbita por el choque. En función de la masa y de la velocidad (la energía cinética) tanto del «proyectil» como del asteroide, se preve poder realizar simulaciones ante otras eventuales amenazas.

Comentábamos el pasado 17 de octubre el interés generado –y no solo en la comunidad científica internacional– con ocasión del lanzamiento por parte de la NASA de la nave espacial Lucy, destinada a investigar eventuales asteroides del anillo principal situado entre Marte y Júpiter que por desprendimiento de un fragmento de una luna de este último, pudieran entran en órbita de colisión con la Tierra. La circunstancia de que además exista la denominada «Misión Io-Eros» vinculada con otro acontecimiento cósmico que, a su vez, podría afectar a nuestro planeta por un impacto, da lugar a todo tipo de especulaciones y teorías que tienen suficiente fundamento científico para no ser despachadas como «conspiranoicas».

No es ciencia ficción plantear estos escenarios. Se tienen identificados casi 200 impactos en la superficie terrestre a lo largo de la historia de la Tierra y de diferente magnitud; el último de los cuales se produjo el 15 de febrero de 2013 sobre el cielo de Rusia y, pese a desintegrarse el meteorito al entrar en contacto con la atmósfera dado su relativamente reducido tamaño –17x15 metros–, la «lluvia» resultante produjo más de mil heridos y daños en varios miles de edificios.

Existen no pocas profecías y revelaciones privadas que aluden desde ya hace tiempo a acontecimientos similares a los que ahora son objeto de tanta atención por parte de la NASA, como para provocar una razonable expectación e interés por el resultado de estas dos misiones espaciales. DART ha despegado esta mañana desde una base de California, mientras Lucy está en ruta de aproximación al anillo de asteroides. Sus informaciones son de gran interés para la humanidad porque está en juego su seguridad.